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Lo último en gamberrismo

Pintan de negro algunas de las señales que los vecinos habían pedido para reducir la velocidad en la Llacuna, donde en época de vacaciones son muchos los niños que residen

Lo último en gamberrismo

Luis Martí Mascarell, presidente de la Asociación de Vecinos de la Llacuna, ha mostrado su indignación y su rechazo hacia la última forma de gamberrismo cometida en esta zona del término municipal de Villalonga.

Alguien, a saber por qué motivo y con qué intención, no ha tenido empacho en tachar con pintura negra los indicadores de reducción de velocidad que el ayuntamiento había instalado recientemente para evitar accidentes y preservar la seguridad de las personas.

Según señala el presidente de los vecinos en una nota remitida a este periódico, después de haberlo solicitado al ayuntamiento la asociación logró que se pusiesen esas señales indicando a los conductores que no podían sobrepasar la velocidad de 30 kilómetros por hora. En algunas incluso se advertía de la presencia de niños y áreas recreativas, dado que en la Llacuna son muchos los que residen durante las épocas de vacaciones, como ahora en Pascua.

Con esa medida se pretende que los coches no circulen a velocidades que pueden ser un riesgo para los vecinos, dado que, aun no siendo excesivo, en la Llacuna el tráfico rodado de coche, motos y otros vehículos, se ha incrementado algo desde que la Generalitat abrió la carretera de montaña que conecta esta zona de Villalonga con el cercano municipio de l'Orxa.

Dirigiéndose irónicamente al autor de este hecho, Luis Martí ha señalado en su escrito que «si el señor pintor tenía tanto interés en exhibir sus dotes, lo mejor que hubiera podido hacer es ponerse en contacto con la asociación de vecinos para que le buscáramos un lugar adecuado para dar a conocer sus obras de arte».

Tras reprochar que se haya cometido una acción «que no beneficia a nadie» y de recordarle que las señales «han sido pagadas por todos los contribuyentes», Martí pide «que se recupere la sensatez» y que nadie impida que se pueda ver la adecuada señalización «para evitar, en la medida de lo posible, cualquier accidente que después tengamos que lamentar todos». El ayuntamiento tratará de borrar las pintadas o reemplazará las señales que hayan quedado inservibles.

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