Investigadores de la Universitat Politècnica de València, la Universitat de València y el Oceanogràfic, junto con la ONG Xaloc y la Generalitat Valenciana, están trabajando en un proyecto de seguimiento vía satélite para estudiar el comportamiento, uso del hábitat y supervivencia de ejemplares de tortuga boba.
Las tortugas se marcan con transmisores por satélite para realizar un seguimiento de sus movimientos tras su suelta en el mar. El primer ejemplar liberado fue Lola, una tortuga boba juvenil que nada en libertad desde el pasado 25 de marzo en el Mediterráneo. Desde su suelta en la playa de Torrevieja hace ahora dos semanas, todo el mundo puede conocer cuál es la ruta que va siguiendo la tortuga gracias al campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València www.gandia.upv.es/investigacion y en Twitter con la etiqueta #tortugalola.
El proyecto es posible gracias a la colaboración de investigadores del Campus de Gandia de la UPV, el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la UV, la Generalitat Valenciana, el Departamento de Investigación del Oceanogràfic de Valencia y la ONG Xaloc. El marcaje electrónico de la tortuga Lola está sirviendo como experimento piloto para el posterior marcado de las restantes ocho tortugas bobas, infantiles, que nacieron el año pasado en la Comunitat Valenciana y que se soltarán a finales de verano.
Según Eduardo Belda, investigador del Campus de Gandia y profesor del Grado en Ciencias Ambientales, el marcaje electrónico de tortugas marinas infantiles es un reto: «Desde el Campus de Gandia tenemos mucha experiencia en marcado de aves y de especies marinas como los atunes, pero es la primera vez que marcamos tortugas. Esto nos va a permitir estudiar por primera vez cuáles son las rutas de dispersión y el hábitat que usan las tortugas bobas nacidas en nuestras costas. La tortuga boba no nidifica de forma habitual en España, se conocen tan sólo seis puestas en los últimos doscientos años».
