Entró usted en la Generalitat como un técnico de Hacienda y ha pasado a ser el número tres de la candidatura del PP por Valencia. ¿En política el roce también hace el cariño?
En primer lugar quiero decir que estoy muy agradecido al presidente de la Generalitat por haberme puesto de número tres. Solo hay que ver la lista por Valencia: número uno Alberto Fabra, número dos Rita Barberà y número tres Moragues. En segundo lugar pienso que el mensaje que se quiere trasladar a los ciudadanos es que las personas ahora quieren profesionales, gestores políticos, eficiencia, seriedad y rigor. Y también es un reconocimiento a la labor que he llevado a cabo en estos años. Hemos pasado de no tener liquidez a tenerla. De no poder pagar a tener una regularidad en los pagos. Hemos reducido el déficit. Hemos mantenido servicios básicos elementales... Y, en tercer lugar, la parte emotiva: estoy muy orgulloso de ser un embajador de Gandia, y más cuando hasta ahora solo hubo un conseller de Gandia. Yo me considero un diputado de circunscripción de Gandia, de la Safor y, por extensión, del sur de la provincia de Valencia.
¿Y no habría sido más honor para un gandiense pedirle al presidente Fabra ser alcalde de la ciudad?
Ya contesté a esa pregunta. A una persona que después de 28 años de gobierno socialista logra la mayoría absoluta en Gandia, que se rodea de un equipo de gobierno y que ha estado cuatro años, se le tiene que dar otra oportunidad. Además, Arturo Torró ha trabajado mucho y se ha esforzado mucho en una situación límite y una herencia inaceptable. Dicho eso, esté donde esté, presumiré de ser de Gandia y trabajaré por esta ciudad.
Usted es un señor de números y se mueve cada día entre millones de euros. Se ha referido a la herencia que recibió Arturo Torró, pero el alcalde ha incrementado la deuda municipal en estos cuatro años. ¿La Generalitat no le tendría que haber parado los pies?
La herencia del Partido Socialista de Orengo fue inaceptable. Una auténtica irresponsabilidad. Yo hablo mucho de deuda, déficit, impuestos, pero el objetivo para los ciudadanos es que las cosas vayan bien, dispongan de buenos servicios, calidad de vida, bienestar. Por eso digo que el Ayuntamiento de Gandia recibió una situación límite de irresponsabilidad, pero tiene asignaturas pendientes para el futuro. Tiene que pagar en tiempo y forma a proveedores y contratistas, porque es la mejor forma de dinamizar la economía. Hay que reducir impuestos siempre que se pueda, porque donde mejor está el dinero es el bolsillo de los ciudadanos, y hay que mantener unos servicios básicos fundamentales. Dicho eso, hay que reestructurar la deuda financiera. Es algo que no se ha conseguido y es fundamental. La estabilidad financiera es la base de la economía. Y pagar la deuda comercial. Eso es básico.
Pero es que el Ayuntamiento de Gandia no paga ni a los bancos?
La Constitución y la Ley de Estabilidad Presupuestaria dice que hay que pagar a los bancos. La situación que se recibió es límite. El Gobierno de Gandia está trabajando y el Ministerio de Hacienda colaborando en la solución. Es algo que se tendrá que conseguir.
Hace unos días el presidente Fabra le atribuyó a usted la financiación del hospital de Gandia. ¿Es su gran obra en esta comarca?
El hospital de Gandia es la gran obra de esta legislatura de la Generalitat en la comarca de la Safor. Y le voy a dar unos datos. Cuando yo llegué, a finales de 2012, no había ninguna partida en el presupuesto de 2013 para el hospital, las obras estaban paralizadas y había una deuda importantísima con la empresa contratista. Yo lo dije a principios de 2013: quiero terminar la legislatura poniendo en marcha, como conseller gandiense, el hospital. ¿Qué hice? Conseguir una modificación presupuestaria en una situación muy difícil para la Generalitat y pagar al contratista para que retomara las obras. Eso parece fácil, pero en la situación de déficit y de impagos generalizados no lo era. Pusimos el dinero necesario y en 2015 autoricé 110 personas más para trabajar en el hospital. De manera que, al final, esta es la gran infraestructura de la historia de la Safor. Ha costado 85 millones de euros. Trabajan mil cien personas. Hablamos de un hospital que es un 30 % más grande que el viejo. Cerca de 200 habitaciones individuales y el resto individuales o dobles. 411 camas. Ocho quirófanos. Maquinaria puntera. Mire, el otro día visitaba el hospital y me comentaban que el TAC de tórax emite una radiación 25 veces inferior que el viejo y que la prueba se hacía 6 veces más rápido. Es un hospital que está a la altura de La Fe de Valencia, un referente de la sanidad. Tenía deseo de, como conseller de Hacienda, ponerlo en funcionamiento, y estaré orgulloso de eso toda la vida.
Esa es la cara. La cruz son obras paralizadas de la Generalitat. Por poner dos ejemplos, hay proyectos del Plan Confianza paralizados en Oliva, o en Tavernes no se ha hecho la ronda de circunvalación. ¿Cuánto tiempo deberá pasar para poder acometer esas actuaciones?
La Generalitat se ha volcado en la ciudad de Gandia y en la comarca de la Safor. Con el Plan Confianza en Gandia se ha hecho la plaza del Prado, el Moll dels Borja, los parques del Clot de la Mota y de Baladre, calles de Beniopa, el retén de la Policía Local, el colegio Cervantes? Hospital para toda la comarca y Plan Confianza en Gandia son cien millones de euros. El ayuntamiento no ha podido invertir por la herencia recibida, pero ahí ha estado la Generalitat y hay que decir lo que se ha hecho. Respecto a las asignaturas pendientes que cita en su pregunta, para la próxima legislatura hay cuestiones básicas, como la circunvalación de la N-332 de Oliva. La variante sur está en información pública por parte del Ministerio de Fomento, y se tiene que hacer porque es imprescindible. Respecto a la autopista AP-7, el peaje finaliza en 2019 y el presidente Fabra ya ha manifestado su voluntad política de liberalizarla ese año. Será gratuita. El tren Gandia-Oliva también está en los proyectos de la próxima legislatura, y el acceso sur al puerto de Gandia. Con el Plan Confianza se han hecho obras en todos los municipios. Estuve en Tavernes visitando una guardería, escuela de música y centro social. Y si hay una cuestión puntual en proyectos de Oliva es por culpa del contratista, no de la Generalitat.
Con el departamento que usted dirige, en estos últimos años el desfile de alcaldes de la comarca a su despacho habrá sido constante.
No. Lo que sí he tratado de hacer siempre es velar por los intereses de la comarca. Los alcaldes saben que soy de Gandia y visito mucho los municipios. He estado al lado de los alcaldes en todo lo que he podido.
¿Ha sido incómodo para usted pasear por Gandia desde que es conseller?
Para mí ha sido un acierto vivir en Gandia. Tras la agenda densa y compleja de Valencia, vengo y me relajo, estoy en casa, con mi gente. Cuando me saludan, no es porque soy conseller, sino porque me conocen los de mi falla, mi hermandad, del Club de Tenis, colegio, amigos... me hablan a nivel personal. Seguro que si estuviera en Valencia no tendría esa tranquilidad.
Con la mano en el corazón, ¿usted cree que en Gandia el PP puede sacar mayoría absoluta?
En 2011 teníamos el viento a favor. La marca del PP sumaba. Veníamos del sunami Zapatero y Orengo. A nivel estatal Zapatero fue muy irresponsable y adoptó decisiones económicas muy negativas que pusieron el riesgo el estado de bienestar. Y Orengo dejó una deuda inaceptable e inasumible. Así logramos la mayoría absoluta en Gandia. Han sido cuatro años complicados. A nivel autonómico hay dos alternativas: una coalición de tres, cuatro o cinco partidos de izquierda o el PP. Entiendo que el paro es intolerable y que queda mucho por hacer, pero lo que necesitamos es estabilidad, rigor, seriedad, ejemplaridad, reformas? El PP es el mejor proyecto, para Gandia y para la Comunitat Valenciana.
