Menuda sorpresa se llevó una familia de Gandia cuando se encontraba en el tanatorio esperando recibir el cuerpo de un fallecido y que cuando llegó y abrieron la caja descubrieron que la persona que les habían entregado no era su allegado.
Los hechos tuvieron lugar el pasado jueves. Según ha narrado a este periódico un miembro de la familia, que no ha querido desvelar su identidad, el hombre había fallecido a las 15 horas cuando se encontraba ingresado en el hospital Francesc de Borja de Gandia.
Como es habitual en estos casos, desde el centro se hicieron cargo del cadáver, que fue posteriormente trasladado a la cámara funeraria, desde donde sería recogido por los servicios funerarios para ser trasladado al punto donde iba a ser velado.
Mientras eso ocurría, la familia se dirigió directamente al tanatorio Mondúber, ubicado en la carretera de Almoines de Gandia.
Unas tres horas después del fallecimiento, explicaba el familiar, llegó el cuerpo del fallecido hasta el tanatorio para ser entregado a sus allegados.
La sorpresa, y a la vez el disgusto, de los presentes fue mayúscula al comprobar que la persona que los miembros de la funeraría les habían entregado no era su familiar, sino otro hombre que también había fallecido en el mismo centro sanitario.
Ante tan embarazosa situación, la familia se puso rápidamente en contacto con el hospital para trasladar lo ocurrido y, lógicamente, tratar de averiguar el origen del error.
La situación fue subsanada en pocos minutos. De hecho, según explica el familiar con el que ha hablado este periódico, mientras ellos se dirigían al hospital para pedir explicaciones, el cuerpo era enviado al tanatorio para ser substituido por el que había sido entregado de forma equivocada.
El hombre fue enterrado ayer y la próxima semana la familia va a solicitar un careo con los responsables del centro hospitalario de Gandia en el que participará también la compañía aseguradora encargada de poner a disposición de la familia la empresa funeraria para tratar de aclarar qué ocurrió y quién fue el causante del fallo.
En todo caso, el hombre sospeceha que el error estuvo en la entrega por parte del hospital, ya que, como denuncia, el cuerpo que a ellos les entregaron por error no estaba correctamente identificado. Sin embargo, pudieron comprobar que el de su familiar sí que contaba con la oportuna etiqueta. «Eso significa -señala- que los protocolos del hospital no funcionan como toca».
