El alcalde de Gandia, Arturo Torró, no ocultó su alegría al vender la aprobación del Plan de Usos del Marjal por parte de la Conselleria de Territorio como «una gran noticia» que contribuirá a mejorar la atracción turística de la playa.
Torró dijo que este proyecto solo puede ser desarrollado por el ayuntamiento, y se apresuró a ofrecerse a los propietarios de los terrenos afectados para comprarlos. «Pagaremos al contado», llegó a expresar el alcalde pese a los más que evidentes problemas de liquidez que atraviesa el ayuntamiento, amén de acumular una monstruosa deuda de más de trescientos millones de euros.
Torró tranquilizó a los presentes asegurando que, el dinero de los terrenos se recuperaría «con un canon de explotación que se aplicaría a la empresa que que lo construya», y se mostró seguro de que hoy sábado, después de que se conociera el paso dado por la Generalitat, recibiría llamadas de empresarios interesados en iniciar las obras cuanto antes.
«Con este permiso, se da credibilidad a este gobierno que cumple con sus compromisos», dijo el también candidato del PP a la alcaldía, quien ya en clave electoral añadió que «si el actual Gobierno revalida su mandato, en enero próximo se realizarían los trabajos de movimiento de tierras y el campo de golf en la playa sería una realidad en verano del próximo año».
«Con la construcción de este campo, en el mejor entorno natural posible de la ciudad, el Gobierno de Gandia satisface el compromiso adquirido con los vecinos al inicio de legislatura, ampliando así la oferta deportiva y turística».
Efectivamente, el PP prometió en la campaña electoral de hace cuatro años que construiría un campo de golf en el marjal y otro de mayores dimensiones en Marxuquera. Ni uno de otro se han podido llevar a cabo. En el caso del marjal, porque hasta ahora no se podía autorizar. En el de Marxuquera, porque pese a los anuncios rimbombantes para aportar 50 millones de euros de una empresa privada, ese dinero aún no se ha visto por Gandia.
