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24m: una lectura sindical

El pasado día 20 de mayo, miles de delegados sindicales de la UGT-PV formaron una cadena humana desde el Ayuntamiento de Valencia hasta el Palau de la Generalitat, manifestando en la calle su claro posicionamiento por el cambio, bajo el lema «Únete por los Derechos Sociales y Laborales».

La UGT no es una organización apolítica, no tiene posiciones neutras. Es un sindicato de clase, el más antiguo de nuestro país, y se sitúa en el campo de la izquierda social. En un momento histórico como las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, donde los trabajadores tenían que ejercer su derecho al voto como ciudadanos y juzgar en las urnas las políticas que hemos sufrido con ajustes, empobrecimiento y el deterioro de las instituciones democráticas, la posición de la UGT no iba a ser el silencio.

En aquellas situaciones que afectan a nuestra clase, a la clase trabajadora, el silencio es un grito de complicidad con lo establecido. Y lo establecido en la mayoría de las instituciones municipales y autonómicas, hasta el pasado domingo 24 de mayo, no eran más que gobiernos con políticas antiobreras y antisindicales.

En estas elecciones municipales y autonómicas los ciudadanos y los trabajadores en particular han puesto fin a un despotismo iletrado, que no ilustrado, con tintes populacheros que había confundido las mayorías absolutas otorgadas por los ciudadanos con el absolutismo.

La ciudadanía ha depositado un caudal de esperanza en forma de voto hacia las opciones progresistas. Sería deseable que este rédito político concedido en las urnas se administre de forma responsable y seria con el fin de consolidar gobiernos municipales de progreso.

Del mismo modo, sería conveniente que la institución representativa de los valencianos, la Generalitat, que tiene competencias en materia fundamentales para los trabajadores de nuestra comunidad como son la gestión de la educación, la sanidad, las materias laborales y las políticas de generación de empleo, no sirva como campo de experimentación política de personalismos desmesurados o de banderías.

Los trabajadores y la ciudadanía han vuelto a confiar en la política. Esperemos que en esta ocasión esté de vuelta, y para quedarse, con la P en mayúscula, y consigamos tener los trabajadores unas administraciones eficaces y limpias que beneficien a la gran mayoría de los ciudadanos de nuestra comunidad.

Desde la UGT comarcal esperamos que así sea y desde nuestro papel de agente social de cambio ayudaremos a la regeneración democrática y seremos vigilantes de los derechos de nuestra clase, la clase trabajadora.

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