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Un accidente revela el peligro del puente del Grau para las bicis de carretera

Un hombre sufrió heridas graves al meterse la rueda en una rendija y denuncia al ayuntamiento - El gobierno lo señalizará para que se cruce a pie al no tener dinero para cambiar los listones

Un accidente revela el peligro del puente del Grau para las bicis de carretera

Un accidente grave ha llevado al Ayuntamiento de Gandia a caer en la cuenta del elevado riesgo que tiene el paso del carril bici situado sobre el puente del Grau y, según manifestaron ayer a este periódico responsables del gobierno local, va a tomar medidas para evitar más percances.

El problema existe desde hace tiempo, pero cobró relevancia cuando, hace cerca de tres meses, un ciclista que transitaba por este puente resultó con heridas graves en un brazo y en una mano, de las que aún no se ha recuperado totalmente.

El hombre pedaleaba por el carril bici cuando, al llegar al puente, la rueda delantera se metió en una de las rendijas abiertas entre los listones de madera que se colocaron en paralelo al sentido de la marcha. El golpe fue brutal y la víctima tuvo que ser atendida en el hospital y llevar a cabo un largo proceso de cura y de recuperación que todavía continúa.

Cierto es que no a todas las bicicletas les puede ocurrir eso, pero el hecho es especialmente llamativo porque el puente forma parte del carril bici que discurre entre Gandia y la playa.

Las rendijas entre los listones apenas tienen unos centímetros de anchura, pero, en determinadas situaciones de dilatación y de humedad de la madera, esas brechas son suficientes para permitir que en ellas se hundan las ruedas de las bicicletas de carretera, que son mucho más finas. Esas son las que llevaba el ciclista que sufrió el accidente.

Con el atestado de aquel suceso, el hombre ha presentado una denuncia al ayuntamiento, al que considera responsable del accidente y de las considerables lesiones que sufrió.

Los tacones también se hunden

Esa posible responsabilidad de la institución local ha hecho reaccionar al ayuntamiento que, aunque tarde, ha estudiado medidas para evitar que un suceso así se vuelva a producir. Según señaló ayer el concejal del Grau, Toni Rodríguez, retirar las maderas de ese puente, que se construyó a finales de 2006, supone un coste excesivo, por lo que esa acción se ha descartado. En vez de eso se ha optado por poner una señal en ambos extremos del puente y advertir a los ciclistas de que deben bajar de la bicicleta y cruzarlo a pie.

El problema era aún peor antes del verano, dado que el ayuntamiento detectó que muchos listones de madera se estaban soltando por el desgaste de miles de tornillos de hierro que, con el salitre del mar, se habían oxidado.

Ese estado ha generado algunas situaciones cómicas, y, lo que es peor, algunas torceduras de pie, cuando los tacones finos se han quedado enganchados entre los listones. Queda claro, por lo tanto, que este tipo de firme, con listones de madera separados por un espacio vacío, resulta de lo menos apropiado para áreas peatonales y para vías ciclistas, justo como se concibió en el Grau de Gandia.

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