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Lo que cuentan las calles

La Universitat Popular de Gandia concluye un ciclo de conferencias y visitas guiadas a cargo de Joan Antoni García sobre historias y curiosidades de diferentes espacios de la ciudad a través de la toponimia o de los sucesos que allí acontecieron La última será «De Corea al Grau» los días 10 y 13

Una placa recuerda que el 11 de octubre de 1881 una niña se salvó tras caer del balcón. Sus padres lo atribuyeron a un milagro de la Virgen. ximo ferri

La Universitat Popular de Gandia está a punto de terminar un ciclo de cuatro conferencias sobre las calles de la ciudad, cada miércoles, que se completan con visitas guiadas por estos espacios públicos los sábados siguientes, a cargo de Joan Antoni García Barbosa. Con estas charlas y visitas los interesados conocen el origen, curiosidades y leyendas sobre las calles de Gandia y pueden descubrir lugares que les son habituales, pero a través de hechos y de personajes históricos.

El programa comenzó en marzo pasado y fue el siguiente: «Els carrers d'una Gandia emmurallada» (charla el 25 de marzo y visita el 28); «Del Raval a Benipeixcar» (charla el 29 de abril y visita el 2 de mayo); «De Benipeixcar a Beniopa» (charla 27 de mayo y visita el 30). La última será «De Corea al Grau», con una charla en la sede de la UPG el 10 de junio y visita con salida desde la misma UPG el próximo sábado día 13.

«El ciclo ha tenido muy buena acogida y hemos contado varias anécdotas en los diferentes barrios», explica Joan Antoni García, quien en cada excursión hacía un breve resumen sobre la biografía de determinadas personas, como el alcalde José Rausell o los Vallier, que promovieron el ensanche de la ciudad; el marqués de Campo, que impulsó el tramo entre Gandia y Dénia con ferrocarril a vapor y tiene una avenida; o los promotores del puerto, como el ingeniero y político republicano Donato Gómez Trevijano o el diputado Gutiérrez Mas, con calles en el Grau, entre otros.

La revuelta de las Germanías y la guerra de 1521 se recuerda de forma solemne en el principal paseo que recorre la ciudad, una nomenclatura que fue otorgada durante la presidencia del alcalde José Rausell. En la plaza Escoles Pies el guía explicó que allí se levantó el primer monumento fallero. Sobre la cornisa del Ayuntamiento cuatro bustos recuerdan las virtudes que debe tener todo gobernante: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. El campanario exento de la iglesia de Sant Josep-Raval, la «plaça de la presó» de Beniopa o la peculiar calle de Sant Jordi, sin salida, también han formado parte de este recorrido urbano. García también se ha referido a la anexión a la ciudad de Beniopa y Benipeixcar, de la que en este 2015 se cumplen 50 años.

El ciclo incluso ha abordado otros episodios con menor rigor histórico y que forman parte de leyendas urbanas. Es el caso de la «Delicada de Gandia», una joven gandiense que murió tras caerle el pétalo de una flor de jazmín, para a continuación especificar que ese elemento pertenecía a la ornamentación pétrea de la Colegiata. La «Delicada» tiene una calle, situada entre las calles Major y Duc Carles de Borja. O las curiosas grietas en algunos bloques de la Seu, producidas según unos porque allí afilaban cuchillos los vendedores del antiguo mercado mientras que para otros fueron las bayonetas de soldados republicanos durante la Guerra Civil.

Venècia y Corea

También se abordó cómo la imaginación popular dio nombres a algunos barrios. El de Venècia vino por las constantes inundaciones que sufría esta zona residencial situada en el margen del Serpis en su desembocadura. O cómo el antiguo «barri de l'Estació», creado tras la construcción del ferrocarril, pasó a llamarse Corea a raíz de una emisión fallera de 1952 que comparaba la vía del tren con el Paralelo 38, la línea divisoria entre Corea del Norte y Corea del Sur. La broma se popularizó más que el nombre oficial, y hasta nuestros días.

Gandia también recuerda en sus calles a sus literatos del Segle d'Or. Por ejemplo, Ausiàs March, que tiene una calle, una escultura -y otra calle más para su amante la Dona Teresa-, o Joanot Martorell, donde también Carmesina, su personaje del «Tirant lo Blanc», cuenta con una vía pública.

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