Ciro Palmer, concejal de Ciudadanos Gandia (C´s), se vio obligado a pedir protección en la mañana de ayer al sentirse amenazado e insultado a través de las redes sociales. Palmer, que en la madrugada del sábado había anunciado públicamente que votaría a la socialista Diana Morant y así impedir que Arturo Torró revalidara el cargo de alcalde, recibió durante la noche todo tipo de improperios a través de las redes sociales, y según confesó a sus colaboradores y amigos, llegó a temer por su integridad.

La presión que denunció el único concejal de C´s fue de tal magnitud que incluso a media mañana de ayer, poco antes de que se iniciara el pleno del mediodía, varias personas del PP acudieron a su vivienda de Marxuquera para hablar con él, en un último y desesperado intento para que cambiara el sentido de su voto y así permitir que Arturo Torró siguiera en la alcaldía.

Según explicaron varias personas a este periódico, Ciro Palmer ni siquiera les abrió la puerta porque tenía claro que su voto estaba avalado por el Comité Estatal de Pactos de C´s y que la decisión era impedir otra alcaldía para el Partido Popular de Gandia.

La tensión que acumuló el concejal, que según señalan sus colaboradores prácticamente no pudo dormir en toda la noche, fue de tal magnitud que, a eso de las diez de la mañana, llamó a uno de los miembros del PSPV-PSOE que habían estado negociando el pacto de investidura para confesarle que temía por su integridad y pedirle que le acompañara hasta el ayuntamiento.

Así se hizo, pero no fue una sola persona. El concejal de C´s bajó de su vivienda de Marxuquera y aparcó el vehículo en la céntrica calle de Sant Francesc de Borja, donde tiene un garaje. Allí mismo le esperaban una docena de militantes y simpatizantes socialistas que le transmitieron tranquilidad y se ofrecieron para acompañarle en el trayecto hasta el ayuntamiento, distante unos cinco minutos a pie. Ese corto trayecto tampoco fue un camino de rosas. Prácticamente en cada esquina tuvo que soportar insultos como «traidor» o «judas» por parte de personas que, según sospecha, habían sido convocadas a través de las redes sociales cuando se supo que su voto iba a poner fin a la alcaldía de Arturo Torró.

Más abucheos en la plaza

Cuando llegó a la plaza Major, donde está el ayuntamiento, los gritos hacia su persona se hicieron más potentes y terminó metiéndose en el despacho que ha ocupado el Grupo Municipal Socialista, donde esperó hasta momentos antes del inicio del pleno.

Al entrar al salón ya no fueron solo gritos. Ciro Palmer también recibió elogios y consignas de ánimo. «Sé valiente», «cumple la palabra», fueron algunas de las consignas que le expresaron los partidarios del acuerdo para investir a Diana Morant como alcaldesa de la ciudad.

Sentada ya en la mesa presidencial para dar por primera vez la palabra a los portavoces municipales de la nueva legislatura, Morant tampoco fue capaz de impedir los abucheos y, otra vez, los los insultos de «traidor» y «judas» que el concejal de C´s recibió de los partidarios de mantener un gobierno del Partido Popular.

Cierto es que el resto de portavoces, excepto Lorena Milvaques, fueron objeto de gritos y aplausos casi a partes iguales, pero en el caso del concejal Palmer una parte de los asistentes le interrumpió tan constantemente que impidió escuchar gran parte de su discurso. Tras hablar de «transparencia» en la gestión y de apostar por el diálogo y la concordia entre todas las fuerzas políticas, Ciro Palmer justificó su voto a Diana Morant en la necesidad de «trabajar para recuperar el ayuntamiento para los ciudadanos».

Terminado el acto, Palmer recibió felicitaciones, pero muy emocionado confesó su disgusto por lo que había tenido que soportar. Y eso que aún le faltaba salir del ayuntamiento requiriendo protección por parte de la policía para garantizar su integridad.