Un centenar de personas se concentró ayer en la explanada del Club Náutico, en la playa de Gandia, para protestar contra la política turística del nuevo Gobierno local de la ciudad formado por el PSPV y Més Gandia, que incluye la eliminación de los toros y de algunos de los conciertos anunciados por el anterior Gobierno local.
El acto fue convocado de forma «espontánea» a través de las redes sociales y alentado por esa misma vía por dirigentes del PP gandiense como el exalcalde, Arturo Torró. También estaban presentes los concejales Víctor Soler, Vicent Gregori, Emi Climent, Andrés Puig, la excoordinadora general de Empleo, Ana Penalba, así como miembros del equipo de protocolo y comunicación del anterior alcalde, el gestor de redes sociales, Javier Ruiz o Carlos Bolta, jefe del área de Turismo del Ayuntamiento de Gandia durante los cuatro años que el PP estuvo al frente del consistorio. Actualmente, Bolta es el presidente de la asociación de hoteleros pero aclaró que «yo estoy aquí a título personal».
Además de los políticos populares había también empresarios de locales de ocio y hostelería de la playa, que sienten incertidumbre ante la retirada de los grandes eventos y pedían la celebración de actividades.
Nada que ver con el PP
En realidad, la concentración estaba dividida en dos. Por una parte estaban los simpatizantes populares cuya intención era atacar al nuevo ejecutivo, pero también había un nutrido grupo de personas cuyo único objetivo era posicionarse contra la orden de cierre que la Generalitat ha emitido para el Wonderwall. Había, de hecho, muchos trabajadores del complejo que nada tenían que ver con los populares. Algunos de los presentes mostraron su malestar por que politizaran el acto con pancartas de «Diana Morant dimisión». «Eso sobra», decía visiblemente enfadada una señora. El presidente de los taxistas, Jesús Martínez, aclaró que «yo no voy en contra de ningún gobierno porque me he llevado bien con todos». Justificó su presencia en que «si cierra Wonderwall perdemos el 40% de la facturación».
Pascual Granell, director del Wonderwall, señaló ayer a este periódico sentirse «muy molesto» por la presencia de carteles contra el actual Gobierno local y se desmarcó completamente de ellos. «Nosotros solo estamos en contra de un cierre que creemos injusto y no contra ningún partido político», apuntaba el empresario.
