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opinión

el partido «ilegible»

el partido «ilegible»

Transcurridas ya varias semanas después de las elecciones, y constituido el nuevo gobierno municipal de Gandia, hay quien continua sin aceptar que está en la oposición y trata de sembrar la discordia entre la sociedad gandiense y los nuevos gobernantes. Y lo más gracioso es que utilizan para interpretar el papel de «Perfectus Detritus» (pérfido personaje de Astérix cuya sola presencia provocaba disturbios) cualquier tipo de redes sociales, donde escribir mal quizá no tenga la trascendencia que debiera, sino que, además, se atreven a plasmar sus pensamientos en la prensa escrita, donde si no se tiene cuidado con las formas es muy posible que te sonrojen la cara.

Y vengo a decir esto porque Arturo Torró el domingo pasado nos hizo llegar un nuevo mensaje apocalíptico en forma de artículo de prensa, tan plagado de errores en lo morfológico como en lo semántico. Porque ya es raro que alguien encuentre unos versos «ilegibles» (a no ser que haya caído en sus manos el manuscrito del poeta, aunque dudo mucho que mi compañero José Manuel Prieto se lo haya hecho llegar), pero que Arturo Torró considere «ilegibles» también los cuadros es algo que me asombra, porque, hasta donde yo sé, en el despacho de la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, no hay ningún jeroglífico, que es el tipo de escritura simbólica por excelencia. Tal vez deberíamos recordarle a Arturo Torró que de la misma manera que algunos versos pueden ser incomprensibles para ciertas personas, por la misma razón algunos cuadros pueden ser difíciles de interpretar para otras. Yo mismo, por ejemplo, entiendo perfectamente los versos de José Manuel Prieto, pero, en cambio, se me resiste el significado de algunas de las pinturas que el exalcalde de Gandia tuvo a bien mostrarnos en su página de facebook. Tal vez por eso a Prieto las editoriales le publican sus poemas, y a Arturo Torró quizá no le quede más remedio que montar una exposición de sus obras en el chiringuito número dos de la playa.

Pero dejemos lo anecdótico,y vayamos a la situación real del Partido Popular en Gandia. Es bien sabido que la batalla interna que hay en el mismo tiene muy mal aspecto. Es muy posible que Arturo Torró quiera quitarse de en medio para dejar el camino llano para su delfín, Víctor Soler, quien ya ejerce no sólo de portavoz en el ayuntamiento, sino también de líder del partido. Y no hay que olvidar que el Sr. Soler ha sido colaborador necesario en la ejecución de las acciones ideadas por Arturo Torró, las cuales nos han conducido a la penosa situación económica en la que se encuentran las arcas municipales. Pero es que además Víctor Soler no ha dejado de aplaudir ni de jalear ninguna las salidas de tono de su «jefe», por muy excéntricas que fueran.

Es más, en una de las contadas ocasiones en las que tuvo que ocupar el puesto del alcalde en el pleno, se permitió ser más papista que el papa y expulsó de la sala al concejal socialista Vicent Mascarell, cosa que le recriminó hasta el propio Arturo Torró. Si Víctor Soler es el futuro del PP de Gandia que quiere el exalcalde, no me extraña que se hayan rebotado sus propios compañeros de partido, como Enrique Orihuel, destacado militante popular. Ya lo dijo Moliére: «Se puede ser buen hombre y hacer malos versos». O ilegibles, vaya.

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