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opinión

¿de qué se ríe, sr. Torró?

¿de qué se ríe, sr. Torró?

«Después de todo

usté es el palo

mayor de un barco

que se va a pique».

(Mario Benedetti: «¿De qué se ríe?»)

El pasado miércoles, día 22, tuvo lugar el pleno en el que el Gobierno Municipal de Gandia tuvo que tomar las drásticas medidas concertadas con el Ministerio de Hacienda para sacar a esta ciudad de la bancarrota. Mientras los respectivos portavoces de Ciudadanos y del Gobierno no ocultaban su aflicción y el tremendo dolor que les causaba el tener que aplicar remedios tan duros, el Sr. Arturo Torró no paraba de reírse y hacer aspavientos desde su escaño, como si en lugar de asistir a una sesión solemne de un acto tan dramático estuviera sentado en un circo, pero en el centro de la pista. ¿De qué se reiría este señor?, ¿qué sería lo que tanta gracia le hacía en un pleno tan triste??

Da la impresión de que Torró y algunos de los que le rodean y le siguen aplaudiendo todavía no se han dado cuenta de que la fiesta ha terminado, que tras las últimas elecciones municipales la música se ha callado. Pero ellos siguen bailando y el Sr. Torró, en concreto, se comporta como la imagen que dio cuando andaba tonteando con la moto durante la campaña electoral: como la cucaracha que cae de espaldas y mueve las patas con la desesperación de la impotencia. No sé si esas risas extemporáneas sólo buscan tapar su miedo al futuro, pero lo cierto es que causan estupor y vergüenza ajena.

De momento no voy a entrar en si la deuda que nos ha llevado a la bancarrota es o no heredada toda ella. Tengo mi opinión al respecto, desde luego, pero la daré cuando termine la auditoría anunciada por el Gobierno local sobre los últimos 12 años, aunque sí puedo anticipar que me parece obsceno el ejercido de equidistancia que pretenden algunos (muchos y muy diversos). Esperemos, pues. Pero me parece obvio que el Sr. Torró ha fracasado estrepitosamente, pues no sólo no redujo la deuda que heredó sino que la ha incrementado no me atrevo a decir en cuánto.

El problema es conocer en qué ha gastado lo que no tenía, pues en cultura se ha limitado a vivir de la herencia recibida, sus infraestructuras se reducen a la remodelación del Jardinet y la calle Tossal (cartel incluido), el paro no sólo no lo ha bajado sino que ha subido, no ha pagado a los proveedores, ni la luz, ni la limpieza, ni la recogida de basuras, ni los alquileres de inmuebles, ni al CEIC Alfons el Vell, ni los periódicos que diariamente se llevan al ayuntamiento?

Y ahora tampoco quiere aplicar el plan del Ministerio de Hacienda. ¿Cuándo nos mentía, Sr. Torró, antes, cuando presumía de su amistad con el ministro Cristóbal Montoro y nos lo presentaba como el salvador de Gandia, o ahora, cuando llama a la desobediencia de las medidas acordadas con el ministerio de su antes amigo y que usted fue incapaz de cerrar?, ¿siempre miente usted o sólo cuando juega a las tres en raya?

Esperemos, pues, y exijamos las cosas claras, sí. Aunque esta reclamación la haga ahora (no antes) el Sr. Vicent Gregori, tras haber formado parte del gobierno más opaco que ha conocido esta ciudad, el mayor manipulador de los medios de comunicación, incapaz de hacer unos presupuestos legales con mayoría absoluta pero pertinaz en la ocultación: Gandia es uno de los dos ayuntamientos de toda la Comunidad que aún no ha presentado las cuentas de 2013, según el informe anual del Síndic de Comptes.

Gracias al gobierno municipal por, al menos, habernos pedido disculpas a los ciudadanos, que no somos menores de edad. Ánimo, mucho ánimo para llegar hasta el fondo de este pozo negro al que hemos llegado. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero lo cierto es que ya se respira mucho mejor en esta ciudad.

Lo que no sé es de qué se reía el Sr. Torró?

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