La parroquia de Sant Josep, ubicada en el distrito del Raval de Gandia, instaló ayer las cinco campanas que había retirado hace unos meses para su limpieza, restauración y preparación para los toques de impulso. Estos permitirán que vuelvan a sonar los toques clásicos de distinción entre diferentes ceremonias religiosas y de diferentes jornadas festivas.
Las cinco campanas, tres de toque de aviso y dos de reloj, fueron montadas tras una operación que ha costado alrededor de 30.000 euros. Una parte del dinero la ha aportado la Diputación de Valencia, mientras que otra ha sido sufragada por la misma parroquia.
El titular de Sant Josep, Priscilio Ruiz, señaló a este periódico que con el toque de impulso, se conseguirá «que haya un sonido similar a cuando las campañas se volteaban a mano», dado que los yugos de las cinco campanas, que eran de metal, han sido sustituidos por otros de madera que permiten mejorar la vibración. En el campanario de Sant Josep falta una campana, la más grande, que fue destruida en la guerra civil.
