Hace unos años, unos meses quizás, algunos de los que ahora están en el Gobierno local de izquierdas de Gandia se manifestaban en las calles contra las políticas que consideraban injustas. Estaban, en definitiva, en el bando de los indignados. Ahora gestionan la institución municipal y la tarde del pasado miércoles, en una Aula Magna del Campus de Gandia a rebosar con más de 300 personas, palparon en sus propias carnes aquello que un día hicieron sentir a sus rivales políticos.
Se celebraba la cuarta asamblea de la Asociación por la Convivencia de los vecinos de la playa, o lo que es lo mismo, el colectivo más activo contra el ruido en la costa gandiense. A la misma acudieron Àngels Pérez, concejala de Seguridad Ciudadana, Nahuel González, responsable de Políticas con la ciudadanía y Marc Cuesta, jefe de la Policía Local. Pretendían explicar algunas de las medidas que ya se han puesto en marcha para luchar contra un problema ya cronificado en la playa, las que se quieren implantar en un futuro y el modelo turístico que pretenden llevar a cabo. También dar su apoyo a sus vecinos.
Lo hicieron, pero, a su vez, se encontraron con unos vecinos hartos con lo que sufren casi a diario ante sus casas y tuvieron que afrontar, a lo mejor sin merecerlo, las duras críticas por parte de los allí presentes. En el turno abierto de intervenciones no solo se expusieron los problemas que sufren cada madrugada debajo de sus ventanas, sino que también hubo quien exigió el cumplimiento del manifiesto que el pasado verano firmaron todos los partidos menos el PP y las medidas concretas qe la alcaldesa, Diana Morant, se comprometió en la reunión que mantuvo con los representantes de la entidad el pasado 23 de julio.
Su forma de protestar fue la proyección de una presentación en la que aparecían algunos de los puntos del manifiesto y, posteriormente, se acompañaban con imágenes que demostraban que el actual ejecutivo no estaba cumpliendo con lo que había firmado.
«Un poco de paciencia»
Eso, y la presión a la que sometieron los vecinos a los políticos presentes en el acto hicieron sentirse molesta a la edil de Seguridad Ciudadana. Àngels Pérez dijo que ella apenas lleva unos días en el cargo y que, por lo tanto, lo que estaba ocurriendo no se lo podían achacar ni a ella ni a sus compañeros de gobierno. Explicó, eso sí, las medidas que ya se han puesto en marcha como los expedientes abiertos a Falkata o el rechazo de la declaración responsable al Wonderwall para que organice fiestas hasta altas horas de la madrugada. Pérez dijo entender perfectamente la indignación que sufren los presentes pero pidió un voto de confianza tanto para ella como para el resto del Gobierno local. Otros miembros del ejecutivo lamentaron la actitud de algunos vecinos, la cual consideraron «injusta» con el nuevo equipo gestor.
Desde la asociación, por su parte, lamentaron ayer que Àngels Pérez «se limitara a expresar su voluntad de luchar contra el ruido y vandalismo y cambiar el modelo turístico de la playa sin ofrecer medidas concretas».
La edil fijó el final del verano para «comprobar los primeros resultados» y emplazó a los vecinos a una próxima reunión en la que se valorarían las medidas.
También estaba presente en el acto el edil de Ciudadanos, Ciro Palmer, que también firmó el manifiesto. Compartió las quejas de la asociación y dijo que desde su partido apoyarán todas las medidas dirigidas a terminar con el «turismo de borrachera». Eso sí, dijo ser «consciente» de que «no será tarea fácil», debido a que son ya muchos años de «degradación de la playa». La asociación se comprometió a dar «un voto de confianza» al nuevo Ejecutivo y, sobre todo, un margen para seguir trabajando. La entidad no convocará ninguna manifestación este verano.
