La cortina de agua que barrió ayer por la tarde la Comunitat Valenciana no provocó incidentes graves en la Safor. Entre Tavernes de la Valldigna y Xeraco se generó una línea de turbonada que se reactivó en el mar. En apenas media hora cayeron 43 litros por metro cuadrado en la ciudad vallera (en el observatorio dels Sequers) y 52 l/m2 en Xeraco, las cantidades más significativas de la comarca. La lluvia anegó calles y bajos sobre todo en las playas, donde también vació rápidamente la arena de turistas y bañistas.
En los núcleos urbanos, esta primera gran tormenta del verano lanzó un aviso para el sistema de alcantarillado, ya que muchos imbornales acumulan suciedad después de varios meses sin llover y no evacuaron lo suficiente.
En Tavernes de la Valldigna la intensa lluvia volvió a cebarse de nuevo con la avenida de la Marina, en la playa, donde tuvieron que ponerse en marcha los motores de achique, aunque uno falló. En el pueblo hubo desprendimientos de cascotes en balcones, como en el paseo Colón, según informaron fuentes de la Policía Local.
En Xeraco las calles de la playa también fueron las más afectadas. Algunos residentes y turistas se lo tomaron con humor, e incluso se hicieron fotografías con el agua hasta el tobillo y sacaron alguna barca para recorrer la calle. Tuvieron que achicar agua en un comercio de la avenida de La Mota. En Gandia se encharcaron la entrada del Mercat del Prado, y ya en la playa tiendas de regalos entre la calle Valldigna y la avenida del Nord. En Oliva se produjeron cortes de suministro eléctrico breves y muy localizados, pero sin mayores repercusiones, informó el alcalde, David González.
Contenedores y toldos desplazados, trapas de alcantarilla sueltas y algunas ramas caídas de árboles fueron otros de los percances menores. En el campo esta lluvia será muy beneficiosa.
