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La Generalitat pide informes para decidir si construye la planta que tratará la basura de la Safor

Medio Ambiente espera a conocer los estudios de los diferentes organismos antes de decidir el futuro del complejo, todavía en fase administrativa

La Generalitat pide informes para decidir si construye la planta que tratará la basura de la Safor

El cambio que se ha producido en la Generalitat ha propiciado un giro en la política medioambiental que arroja una catarata de incógnitas sobre el proyecto de la macroplanta de residuos planeada en Llanera de Ranes (la Costera) para albergar la basura procedente de 93 municipios, entre ellos casi todos los de la comarca de la Safor.

El anterior gobierno autonómico del PP dejó la instalación en el aire antes de las elecciones a la espera de conceder a la empresa adjudicataria la Autorización Ambiental Integrada necesaria para iniciar las obras de una infraestructura ideada para solucionar la problemática histórica con el tratamiento de residuos que arrastran las comarcas de la Safor, la Costera, la Vall d'Albaida, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora.

Con la irrupción de la izquierda en el Palau de la Generalitat, la fase de tramitación administrativa no se ha paralizado. Una vez concluido el trámite de información pública y recibida la respuesta de la concesionaria a la batería de alegaciones presentadas tanto por particulares como por los colectivos antivertedero, la Conselleria de Medio Ambiente ha procedido a solicitar los informes pertinentes a los diferentes organismos de control que han de examinar pormenorizadamente la viabilidad técnica y medioambiental de las instalaciones, según confirman a Levante-EMV fuentes del departamento.

Obras paralizadas

El complejo de tratamiento de residuos urbanos de Llanera de Ranes, que incluye un gran vertedero, se adjudicó en 2009 a una UTE conformada por FCC y Dimesa. Una combinación de factores políticos, técnicos y económicos, sin embargo, han ido dilatando durante años los plazos para su construcción. En enero, la consellera Isabel Bonig anunció que los permisos ambientales de la planta estarían listos antes de las elecciones, una promesa que señalaba el inicio de las obras para este mes de septiembre.

Con un panorama político totalmente distinto, sin embargo, el proyecto de la planta está siendo examinado con lupa y el proceso vuelve a estar plagado de incógnitas que pueden afectar al cómo, pero también al cuándo e incluso al dónde.

Compromís y PSPV, partidarios de modificar la Ley de Residuos del PP y contrarios a las instalaciones de Llanera, serán mayoritarios en la nueva composición del Consorcio de Residuos (COR) que se configurará el próximo més de octubre en base a los resultados de las últimas elecciones.

Desde estos partidos se pide revisar la ubicación de la planta, que despierta dudas medioambientales y sospechas de un posible amaño con los terrenos del que se podrían favorecer empresarios ligados a la constructora Llanera, como ya informó este diario. Pero este camino ha de afrontarse con precaución, según las mismas fuentes, para evitar el coste de tener que indemnizar la adjudicataria. Por eso, el nuevo Consell aguarda a los informes correspondientes a la tramitación ambiental para tomar una decisión con la máxima información posible en la mano.

Proceso de debate

En la asamblea del COR, que gestiona la basura de estas cinco comarcas, la Generalitat y la Diputación ostentan el 45 % del poder de decisión. El resto del porcentaje de votos recae sobre los alcaldes, que en el nuevo mapa municipal rechazan mayoritariamente la planta. Incluso el alcalde de Llanera, de Ciudadanos, se muestra partidario de reabrir el debate sobre la conveniencia de la infraestructura.

La nueva política de gestión de la Conselleria de Medio Ambiente apuesta por la reducción en origen de la basura y descarta la incineración, una alternativa que el anterior gobierno valenciano planeaba introducir en las instalaciones de Llanera.

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