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inundaciones en la safor

La lluvia revela el pésimo urbanismo de las playas

Precipitaciones de casi 300 litros en Tavernes, Xeraco y Gandia vuelven a inundar subterráneos y plantas bajas En Tavernes una palmera destroza una furgoneta y hubo desprendimientos en un parque

La lluvia revela el pésimo urbanismo de las playas

La lluvia torrencial caída durante la noche y madrugada de ayer viernes en la zona del litoral norte de la Safor volvió a causar numerosos problemas, especialmente en las playas, debido a la imposibilidad de evacuar la enorme cantidad de agua que se acumulaba en las calles.

Según datos oficiales, entre Tavernes de la Valldigna y las playas de Xeraco y Gandia se acumularon más de doscientos litros por metro cuadrado, con puntas de una intensidad que superaron los 150 litros a la hora. La precipitación, que siguió cayendo durante toda la jornada de ayer, elevó el total de lluvia recogida a casi trescientos litros en algunas zonas.

En esas circunstancias se produjeron los problemas habituales. No solo se inundaron las calles, sino también decenas de cocheras subterráneas y plantas bajas de las playas de Gandia y de Xeraco.

Una familia con dos menores quedó atrapada en su vehículo en la calle Atlàntic de Gandia, con treinta centímetros de agua, y tuvo que ser rescatada para poder situarse en un lugar seguro.

En el sector comprendido entre las calles Ribera Baixa y Nord la acumulación de agua penetró en los comercios y se repitieron las escenas de bienes afectados y bombas que no daban abasto para achicar el caudal que entraba o que ya se había acumulado. Los daños, aún por valorar, serán de decenas de miles de euros solo en propiedades privadas.

En la playa de Xeraco también hubo bajos inundados. En Tavernes de la Valldigna dos fueron los incidentes más destacados. Por una parte, la caída de una gran palmera de la avenida de les Germanies que destrozó una furgoneta aparcada y afectó a otro vehículo. Casualidades de la vida, el propietario del furgón se enteró del suceso alrededor de las doce de la noche, mientras cenaba en un restaurante, al llegarle al móvil la imagen de lo sucedido.

También en la capital de la Valldigna se produjeron desprendimientos de rocas sobre la zona de aparatos para ejercicios saludables en el parque del Cantalot. El ayuntamiento solicitará ahora una intervención para reducir los riesgos geológicos que presenta la falda de la montaña de les Creus.

Estas lluvias propias de finales del verano y del otoño han vuelto a poner de manifiesto la pésima planificación que, décadas atrás, permitió desarrollar las urbanizaciones en las playas. Las calles están, en muchos casos, por debajo del nivel del mar, y en esa situación resulta imposible impulsar a los ríos o barrancos el agua de las lluvias torrenciales a poco que estas sean persistan durante algunos minutos.

En el caso de Gandia, ni siquiera la inversión de decenas de millones de euros llevadas a cabo en los últimos años para construir colectores y depósitos acumuladores de agua han sido suficientes para paliar ese «defecto» de edificar allí donde hace décadas solo había marjales y restingas con vegetación propia de la costa. Los ayuntamientos de Xeraco y Tavernes de la Valldigna también tienen en estos momentos proyectos encima de la mesa para incrementar la capacidad de evacuación de agua de lluvia en sus respectivas playas.

«No nos lo podemos creer», señalaban ayer algunos turistas de la playa, recién llegados para pasar sus vacaciones, al comprobar cómo el agua iba subiendo de nivel hasta ver que se introducía en el interior de sus coches.

También en Gandia las herencias urbanísticas del pasado salieron a relucir ayer al inundarse buena parte del polígono industrial de Alcodar. Para sorpresa general, entre las zonas más afectadas figura el sector norte, donde se encuentra el parque comarcal de bomberos que, no obstante, no tuvo problemas para que sus vehículos pudieran salir y atender las emergencias de una noche interminable. Por la mañana brigadas de Imelsa de la Diputación de Valencia se sumaron al dispositivo y participaron en numerosas actuaciones para achicar agua de zonas inundadas de la playa.

Aún peor resulta que ninguna de las tres barcas de rescate que tienen los bomberos de Gandia esté operativa. Lo reveló ayer la alcaldesa de la ciudad, Diana Morant, quien indicó que los motores están averiados desde hace tiempo y solo se podrían utilizar los botes mediante el uso de remos, lo que limita su efectividad ante una emergencia para atender a personas que pudieran quedar aisladas en caso de una lluvia aún más intensa. Morant anunció que pedirá que esa deficiencia sea corregida cuanto antes para estar a punto en el caso de necesidad.

La agricultura se beneficia

Como también es habitual en estos casos, el gran beneficiado de este episodio de lluvias torrenciales es el medio ambiente. Los montes y los marjales recuperarán humedad en el terreno y los niveles normales de agua. Para mostrar ese cambio, volvió a verse correr el agua por las ramblas de los ríos Serpis y Vernissa, así como por el barranco de Beniopa.

Y en la agricultura este agua resulta sencillamente providencial porque contribuye a paliar la larga sequía y permitirá que el calibre de la naranja gane muchos puntos de cara a la inminente recogida.

Como ejemplo, en la zona de Marxuquera situada entre los términos de Gandia y Ròtova se acumularon un centenar de litros por metro cuadrado. El representante de la Unió de Llauradors en la Safor, Albert Roig, expresó su alegría por esta sin duda buena noticia para los agricultores. Se han limpiado los árboles y se ahorrará en riegos.

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