El aguacate y el caqui son otros cultivos que están sustituyendo o complementando a los cítricos. En Almoines hay una finca que produce aguacates y en la Valldigna los agricultores ya están imitando a sus vecinos de la Ribera, donde el caqui es un producto que incluso tiene una denominación de origen para el consumo en fresco, la de «Kaki Ribera del Xúquer».
Los datos vienen a confirmar el progresivo abandono de los cítricos en la Comunitat Valenciana. Según la encuesta sobre superficies y rendimientos (Esryce) elaborada por el Ministerio de Agricultura, durante 2015 de perdieron 3.136 hectáreas de agrios (sobre todo naranjas y mandarinas), lo que representa un descenso del 2 % respecto al año anterior.
El cultivo del caqui creció en 2.796 hectáreas, un incremento interanual del 24 %. Otros cultivos al alza son el aguacate (365 hectáreas, un 40 % más respecto a la temporada anterior) y el granado o el kiwi, aunque con menor superficie. Los inviernos suaves de la climatología mediterránea permiten cultivar este tipo de frutas, más propias de latitudes subtropicales.
Con unos cuidados especiales, frutos silvestres como el arándano, la frambuesa o la mora se pueden domesticar y adaptar bien a la Safor. En cualquier caso, estos nuevos cultivos, por su escasa penetración en el mercado, es mejor que se consideren como complementarios, sin jugárselo todo a una misma carta.
