Más allá de los aspectos legales que se puedan buscar entre la documentación presentada por la empresa para evitar que la gasolinera acabe instalándose en el solar urbano, el alcalde reconoció que otra opción, mucho más pragmática y alejada de la farragosa burocracia, que le queda a los vecinos es la de tratar de convencer a la empresa de que no se instale finalmente en Tavernes porque se va a encontrar con el rechazo frontal de la sociedad. En este aspecto, Juan invitó a los presentes a hacerle llegar a la mercantil cartas y las firmas que están recogiendo en el municipio para demostrar que los vecinos no quieren tener una gasolinera en su casco urbano. «Son empresas que no tienen un especial interés por estar en Tavernes porque tienen estaciones en muchos otros pueblos, y, a veces, si ven que no se les quiere desechan la opción de instalarse en ese punto», apuntaba Juan.

Algunos de los propietarios de los dos edificios afectados le pusieron al alcalde ejemplos de municipios donde se ha paralizado este tipo de negocio e incluso uno de ellos entregó una documentación a Jordi Juan para que este se la entregara a los técnicos por si pueden encontrar alguna cuestión a la que cogerse para rechazar la documentación presentada por la empresa. t. á. c. gandia