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Campaña de perfil bajo

Pájara electoral

En las tres grandes ciudades de la Safor sorprende la escasa presencia de material de campaña en las calles

Pájara electoral

Cuando un deportista está al límite de sus fuerzas, su cuerpo no responde y se le hace un mundo llegar hasta el final de la prueba o de un partido, por ejemplo, sufre lo que se viene a llamar una pájara. En un año electoral como el actual, en el que se han vivido tres procesos electorales (locales, catalanas y generales), cuatro si se le suman los comicios europeos de 2014, un año en el que los medios de comunicación han hablado hasta el hastío de votos, candidatos, campañas y debates, ciudadanos y políticos de la comarca de la Safor están sufriendo, al final de la carrera, la misma sensación que experimenta el deportista, una auténtica pájara electoral.

Solo hay que salir a las calles de los municipios de la comarca para darse cuenta que las generales, las que se suponen son las elecciones más importantes, no tienen nada que ver con las que se vivieron hace apenas seis meses, las locales y autonómicas. Y es que, aún no se han acabado de asentar los nuevos Gobiernos surgidos de las votaciones del pasado mes de mayo y los vecinos ya están escuchando de nuevo programas electorales, mítines, cuñas radiofónicas y caravanas de campaña. Tanta saturación electoral, al final ha acabado por empachar a unos y otros y ocurre lo evidente.

Paneles electorales vacíos, escasísimos carteles y mensajes en las farolas, muy pocas pancartas con los lemas de los partidos y actos a cuentagotas.

Como se aprecia en la imagen que acompaña a esta información, si un ciudadano se asoma a la avenida del Grau de Gandia podrá comprobar al menos tres paneles electorales vacíos, sin ni un solo cartel. Lo mismo ocurre en la avenida de Valencia y en otros puntos de la capital comarcal. En la gran mayoría de las farolas tampoco se aprecian estos elementos, símbolo de toda campaña electoral que se precie.

Pero Gandia no es la única ciudad donde la apatía se ha instalado en ciudadanos y partidos. En Tavernes de la Valldigna la parafernalia electoral no va más allá de los paneles oficiales, con ausencia casi total de carteles en las farolas y muy pocas pancartas en el casco urbano. En Oliva, tres cuartos de lo mismo. En la playa apenas hay simbología de los partidos ni carteles con las fotos de los candidatos que concurren al Congreso.

Campaña en televisión

Si entre los partidos hay cierta apatía, ni que decir cabe que la gran mayoría de los ciudadanos están más preocupados por preparar sus fiestas navideñas que por acudir a los escasos actos electorales que se celebran en la Safor.

Tal vez la casi omnipresencia de los candidatos en los medios de comunicación, especialmente en la televisión donde alguno de ellos se mueve como pez en el agua, ha provocado que esta campaña pierda toda la capacidad de sorpresa que antaño se guardaban los partidos para los frenéticos quince días previos a las elecciones.

Otro factor que influye en esta indiferencia es el escaso tirón que tienen los candidatos de los partidos por la circunscripción de Valencia. Si bien Joan Baldoví, de Compromís-Podemos, es más conocido por su labor parlamentaria los cuatro últimos años, no ocurre lo mismo con Elena Bastidas (PP), Anna Botella (PSOE) o Vicente Tent (Ciudadanos).

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