El Gobierno local de Gandia volverá pedir a los hosteleros de la plaza del Prado y calles próximas que contribuyan a financiar una parte de la fiesta que, como todos los años, se celebrará en ese lugar la noche de fin de año.
Según señala el concejal de Cultura, Joan Muñoz, la idea es que entre todos los locales que abren esa noche se pague bien sea el castillo de fuegos artificiales o el reparto de las uvas de la suerte que miles de personas se comerán al ritmo de las doce campanadas que estrenarán el año 2016. El ayuntamiento pagaría la orquesta, que este año es la Montecarlo, para mantener la fiesta hasta la madrugada, como es habitual desde ya hace varios años.
Muñoz indicó ayer a este periódico que, en la actual situación de precariedad económica del ayuntamiento, no está de más que los comercios colaboren en una cantidad de dinero que no se ha estipulado y que está abierto a negociar. Estima el concejal que los bares, restaurantes y pubs también se benefician económicamente de que miles de personas acudan a ese lugar en Nochevieja, muchos de los cuales entran y consumen en los establecimientos. En total la organización de la fiesta de fin de año de la plaza del Prado se valora en unos diez mil euros.
Joan Muñoz ya ha intentado esa «colaboración público-privada» para organizar la fiesta de fin de año en la plaza del Prado, pero no oculta su decepción ante la escasa respuesta que ha encontrado. Fue él mismo quien, la semana pasada, citó a los hosteleros a una reunión, pero solo acudieron dos propietarios, lo que impidió negociar el acuerdo.
Ayer, al hacerse pública esta situación, representantes de los hosteleros de esta céntrica zona de Gandia llamaron al concejal de Cultura, con quien han quedado para una nueva cita que tendrá lugar este jueves.
Según indica Muñoz, en ese encuentro repetirá la misma idea. Se trata «de una contribución» a pagar los gastos de la fiesta y no la totalidad de los diez mil euros, algo que, según señaló ayer a este periódico, es «razonable» teniendo en cuenta los beneficios que la fiesta reporta los establecimientos de esa zona.
Una fiesta consolidada
En la última legislatura del alcalde Orengo el ayuntamiento decidió impulsar en el Prado una concentración multitudinaria de fin de año, al estilo de las que tienen lugar en otras muchas ciudades, con un pequeño campanario incluido para que, a las 12 en punto de la noche, los asistentes celebraran el tránsito al año nuevo. Aquella idea cuajó desde el primer momento y ya se ha convertido en una tradición que se ha seguido organizando desde el ayuntamiento al considerar que también contribuye a que los ciudadanos puedan salir de casa en la Nochevieja y regresar a pie, evitando así el uso del coche y los posibles riesgos por el habitual consumo de alcohol en esa noche tan señalada.
