José Francisco, un vecino de Piles de 41 años con una casa hipotecada por valor de 33.000 euros, está luchando para no ser la primera persona que, en este 2016, sufre el drama de ser desahuciado por no poder pagar. No le queda mucho tiempo porque el lanzamiento está fijado para el miércoles de la próxima semana, pero cuenta con la solidaridad de la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca de la Safor (PAH), que está a su lado, como quedó demostrado ayer una vez más.
El caso de José Francisco es ejemplo de que el problema de los desahucios no se ha detenido y que, en algunos casos, como es el suyo, tiene tintes de dramatismo porque, sin otra vivienda, no le quedaría otro recurso que tener que irse a vivir con familiares.
Ayer trató de volver a negociar con su banco, pero no logró el objetivo. Según señala, la vivienda está hipotecada por un valor de 33.000 euros y lleva varios meses sin poder pagar porque hace cinco años que perdió su trabajo en una fábrica de envases. La entidad financiera puso en marcha un litigio que ha seguido su curso hasta llegar al desahucio fijado para dentro de una semana.
En la mañana de ayer, asesorado por la PAH, cuyos miembros de concentraron a las puertas del banco, en pleno paseo de les Germanies de Gandia, acudió a la entidad para volver a reclamar la dación en pago. Él asume que perdería la casa, pero al menos también se quedaría sin la deuda.
Cuando terminó la reunión explicó a quienes le esperaban que todo había ido mal. «Me dicen que la deuda la han vendido a un fondo de inversión», esos popularmente llamados «buitre», y que no hay solución. Perderá la casa y encima tendrá que seguir pagando lo que falta, seguramente hipotecado de por vida si no encuentra un trabajo.
Este vecino de Piles formalizó la hipoteca en marzo de 2007. Asegura que el préstamo está lleno de cláusulas, condiciones y comisiones abusivas de las que en ningún momento le informaron, pero esos argumentos tampoco le han servido para solucionar el problema que arrastra.
En el año 2014, a la vista de que no podía pagar, el banco le propuso una quita pero era una cantidad que José Francisco tampoco podía pagar, así que, perdida esta oportunidad, ya no se puede volver atrás. La PAH asegura que el 28 de julio de 2014 el banco rechazó la condonación de la deuda y el 30 de septiembre del mismo año la entidad financiera vendió lo que quedaba pendiente a un fondo de titulación de activos, algo de lo que José no se enteró en su momento.
Ahora José quiere entregar las llaves, «pero aún así me dicen que la deuda seguiría en marcha». Así que ya ha contactado con familiares para que le den cobijo en el caso de que tenga que marcharse el próximo 13 de enero.
Muy afectado anímicamente por todo lo que le está pasando, aún tiene esperanza de que este desahucio se suspenda por la presión popular. Por ello, la PAH hizo ayer un nuevo llamamiento para detener el que sería el primer la primera persona de la comarca que se queda sin casa en 2016.
En este caso, han fallado, al menos hasta el momento, todas las acciones y el asesoramiento legal para evitar que el drama anunciado se consume.
