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La carretera que costó 2 millones no logra comunicar Villalonga y l'Orxa

La pésima conservación, las deficiencias en los accesos y el largo itinerario no logran acabar con el aislamiento de una zona del Comtat - El alcalde lorxano pide un autobús ecológico hacia la costa

La carretera que costó 2 millones no logra comunicar Villalonga y l'Orxa

Entre Villalonga y l'Orxa, alcanzando una altura de 500 metros, hay una carretera aislada. Pese a que la Generalitat invirtió entre 2006 y 2008 dos millones de euros, por l'Orxa se accede a través de una pista forestal que nunca se ha arreglado debidamente. Por Villalonga hay que subir por la sinuosa carretera de la Llacuna y atravesar ese paraje por una vía estrecha. Siete años después de su inauguración, no se ha cumplido el objetivo que se planteó la Conselleria de Obras Públicas, que no era otro que sacar del aislamiento a la localidad de l'Orxa y de otros municipios de la vecina comarca del Comtat.

Lo constató el pasado sábado el alcalde de l'Orxa, Arnaldo Dueñas, quien, durante una reunión que tuvo lugar en Villalonga, se quejó de la falta de infraestructuras que hacen que aquella zona siga excesivamente aislada de la costa. Consecuencia de ello, no se ha detenido el fenómeno de la despoblación, especialmente de personas jóvenes.

La carretera que la Generalitat construyó ha fallado por diversos motivos. El principal es que el tramo construido está «en medio» de dos complicados y largos caminos de acceso desde l'Orxa y Villalonga. Fruto de ello, usuarios habituales confiesan que no son pocas las jornadas en que la carretera ofrece un aspecto fantasmal, casi más frecuentada por ciclistas de fin de semana que de coches que, desde Beniarrés, l'Orxa y otras localidades, se dirigen hacia la comarca de la Safor.

Cuando la Generalitat accedió a ejecutar ese proyecto, garantizó que, además del nuevo tramo de carretera, de 5,2 kilómetros, que se abrió a través de la Serra de la Safor, también arreglaría la subida de la Llacuna, en Villalonga, y la pista forestal que conduce a l'Orxa. Eso no se hizo, de manera que, para un turismo, sigue siendo más fácil y rápido ir de Villalonga a l'Orxa por la antigua vía del tren que ascender hasta los 500 metros de altura y volver a bajar, lo que lleva, entre ambos municipios, alrededor de media hora.

Sin transporte público

El pasado sábado el alcalde de l'Orxa señaló que, para superar el aislamiento que amenaza el futuro de este municipio, se podría plantear la posibilidad de establecer un sistema de locomoción hacia la costa, y sugirió un autobús eléctrico que circularía por el trazado del antiguo ferrocarril que discurre junto al cauce del río Serpis. Para Dueñas, es fundamental que la Generalitat se plantee un proyecto de este tipo, y su opinión era compartida. En el mismo encuentro, el alcalde de Beniarrés, Luis Tomàs, explicó que entre sus prioridades está exigir el restablecimiento de las líneas de autobús suspendidas hace más de un año que han dejado sin este servicio público a su localidad, condenándola a un aislamiento que desemboca en el cierre de más servicios y en una posible despoblación.

El problema de Beniarrés es el mismo que el de otros municipios del Comtat, la Vall d'Albaida y de la Safor. Ròtova, Alfauir, Castellonet de la Conquesta, Almiserà, Llocnou de Sant Jeroni, Llutxent, Montitxelvo o Castelló de Rugat siguen sin autobús de línea ni para ir hacia Ontinyent y Alcoi ni en dirección a Gandia.

La Generalitat se comprometió a solucionar el problema, pero ni antes del PP ni ahora el del PSPV-PSOE y Compromís han dado una respuesta positiva.

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