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Gandia da un uso a la explanada que Orengo inauguró en falso y Torró abandonó 4 años

La plaza del Tirant lo Blanc, diseñada por el Premio Nacional de Arquitectura Navarro Baldeweg, será un polo de atracción ciudadana

Poco antes de las elecciones municipales de 2011, el entonces alcalde socialista y candidato a la reelección, José Manuel Orengo, inauguró la plaza del Tirant lo Blanc de Gandia, situada sobre el párking subterráneo del Riu Serpis. Lo hizo a pesar de que la obra no estaba finalizada. La idea de Orengo era abrir en las casetas construidas en su superficie una especie de mercado con encanto.

A las pocas semanas Arturo Torró ganó las elecciones con el Partido Popular y, durante toda una legislatura de cuatro años, mantuvo la plaza abandonada. Solo al final anunció proyectos para acabarla y darle un uso público.

Torró primero anunció que iba a derribar las casetas, que costaron más de medio millón de euros, pero no se atrevió. Después dijo que las destinaría a un centro de salud que los vecinos rechazaron y que seguramente la Conselleria de Sanidad nunca habría aceptado. Más tarde señaló allí se trasladarían todas las oficinas de atención al ciudadano, las del ayuntamiento y las de otras administraciones, con la intención de animar el centro histórico y su comercio. Llegaron las elecciones de 2015, Torró dejó de ser alcalde y allí no se había hecho nada.

Va a ser el nuevo Gobierno local formado por el PSPV-PSOE y la coalición Més Gandia el que le ponga cascabel al gato. Esta semana se han iniciado las obras para arreglar las casetas, que por dentro eran una ruina y usadas incluso como refugio de indigentes, para darles un uso público.

Con una inversión de 240.000 euros, que se eleva a 482.000 euros si se cuenta la reparación del párking subterráneo, la concejala de Políticas Económicas e Innovación, Alícia Izquierdo, reveló ayer que esas casetas se habilitarán como oficina de información y centro de atención al visitante, venta de «merchandansing» de la ciudad, venta de entradas de espectáculos y eventos que programe el ayuntamiento, un espacio wifi y de nuevas tecnologías, otro para lactancia, una cafetería con terraza en la plaza y locales destinados a un «mercado efímero» con productos diferentes según la temporada. Por último, abrirán allí las oficinas de agricultura, la de ocupación de vía pública y de la de atención al consumidor (OMIC).

Frente a la cafetería, ocupando una parte de la plaza, se habilitará un espacio para juegos de niños de muy corta edad, y la idea es promover este espacio para que muchas asociaciones locales puedan usarlo, poniendo fin al actual abandono y cerrando un triste capítulo del urbanismo en la capital de la Safor.

Obras que durarán tres meses

Las obras durarán apenas tres meses, de manera que, cinco años después de su inauguración en falso, la plaza del Tirant lo Blanc se incorporará, con toda dignidad, a la trama urbana de Gandia y a las actividades de sus vecinos.

No se trata de un lugar remoto de la ciudad. Bien al contrario, la plaza del Tirant lo Blanc ocupa un lugar privilegiado, mimado especialmente durante la última legislatura de Orengo. Situada sobre el párking del Serpis, sirve de balcón a un río cuya rambla fue transformada para darle un uso público y evitar inundaciones. En esa misma plaza nacen el paseo de les Germanies y la pasarela peatonal que, con un siglo de diferencia, marcaron dos hitos en la arquitectura urbana de Gandia. En poco tiempo, también estará conectada, mediante una nueva calle, al distrito del Raval, con acceso hacia las vecinas plazas de Sant Josep y del Prado.

Para articular todo ese espacio, el exalcalde Orengo y el entonces concejal de Urbanismo, Fernando Mut, encargaron un diseño especial a Juan Navarro Baldeweg, autor de obras premiadas en muchas ciudades de España. Precisamente en el año 2014, cuando Gandia tenía abandonado el único proyecto con su firma en la Safor, recibió el prestigioso Premio Nacional de Arquitectura, lo que puso un grado más de vergüenza a la situación de la plaza del Tirant lo Blanc que el nuevo Gobierno local se ha decidido a devolver a los ciudadanos.

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