Propietarios de viviendas situadas en la zona Rabdells de la playa de Oliva han denunciado actos de asalto y robo aparentemente coordinadas que han afectado a una decena de residencias y que tuvieron lugar la madrugada del pasado viernes. Algunas de las viviendas que sufrieron los robos están situadas en las calles Beniflà y Ador.
Según explicó ayer uno de los afectados, aprovechando que se trata de casas de segunda residencia vacías la mayor parte del invierno, los ladrones saben que pasan desapercibidos y, sin ser detectados, entran en las propiedades rompiendo puertas o ventanas para llevarse objetos de valor. En su selección figuran generalmente electrodomésticos, como televisores de alta gama que los dueños dejan en las casas por las dificultades de cargarlos cada vez que vuelven a sus residencias habituales.
No es solo que las casas estén vacías lo que facilita el «trabajo» de los ladrones. También se aprovechan de la imagen un tanto fantasma que ofrecen algunas calles y zonas de esta parte de la playa de Oliva. Algunos edificios o hileras de adosados han pasado a manos de los bancos tras quebrar las empresas que los construyeron, pero no son capaces de venderlos a precios razonables. Como ocurre en pisos de las ciudades también propiedad de los bancos, algunas de las viviendas han sido ocupadas y en más de una ocasión ha habido actos de saqueo.
Vecinos de la zona reconocieron ayer a este periódico que durante el verano, cuando se reduce el número de residentes en esta zona, se ven obligados a vigilar por si aparecen coches sospechosos.
Muchos de los que viven lejos y dejan la casa tras el verano se llevan aquellos objetos susceptibles de ser botín de los ladrones.
