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el sexo, la imaginación y el erotismo

Reconozco que hablar del sexo suele molestar a más de uno y pone nerviosa a la gran mayoría de la gente. Pero no me extraña porque en todo tiempo y lugar a Adán y Eva, nuestros primeros padres, los pintores les colocan siempre una hoja de parra delante del sexo. Parece como si quisieran enmendarle la plana al mismo Dios, que creó al hombre a su imagen y semejanza, y lo puso en el paraíso terrenal desnudo y feliz.

No dejo de preguntarme: ¿por qué ese sexo creado por Dios tan imprescindible para la reproducción de la especie humana y para el placer, puede ser motivo de escándalo? Y sobre todo de vergüenza, que el Diccionario de la Real Academia define como: Turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante.

El tupido velo de inmoralidad y mal gusto con que se quieren tapar las cuestiones del sexo, no se corresponde con la realidad, porque el consumo de preservativos y productos anticonceptivos en España asciende todos los años a varios millones de euros. Y el negocio de la prostitución alcanza la astronómica cifra de 3.672 millones de euros al año.

Muy poco a poco, la sexualidad se va considerando como un hecho normal en nuestra sociedad, y así como se conmemora cada año el día de la salud mental o el día del corazón, también se celebra el día de la salud sexual y médicos, psiquiatras y sicólogos velan para que todo cuanto se origina en nuestros órganos genitales alcance la perfección y el esplendor de la música de órgano de Juan Sebastián Bach.

Pero convendrán conmigo que, tanto para gozar de una buena salud mental, cordial y sexual se necesita la imaginación. Porque, ¿cómo podría tener ideas creativas un cerebro sin la imaginación? O ¿cómo podría enamorarse un corazón sin una buena dosis de imaginación? Y lo mismo ocurre con la salud sexual, cuyos órganos considerados durante siglos como pecaminosos, han estado proscritos para el pensamiento y la imaginación. Por todo lo cual cabe afirmar que el sexo sin imaginación acaba siendo tremendamente aburrido, como pueden asegurarlo muchísimos matrimonios de toda la vida. Y para salvar esta terrible monotonía necesitamos una buena dosis de imaginación, pues sólo con ella podremos llegar al erotismo, que nos liberará del aburrimiento. El DRAE define el erotismo como «pasión de amor» y como «amor sexual exacerbado». Y si alguno no se atreve a imaginar por su cuenta, por escrúpulos de conciencia o falsa vergüenza, entre en Internet y adquiera algún juguete erótico que hará las delicias de la pareja para que no se apague irremediablemente la llama del amor.

El gran poeta, escritor y ensayista mexicano, Octavio Paz, premio Nobel de Literatura, dice: El erotismo no es mera sexualidad animal, es ceremonia, representación? El erotismo es sexualidad transfigurada? El erotismo es una metáfora de la sexualidad animal? En los rituales eróticos el placer es un fin en sí mismo y tiene fines distintos a la reproducción? Sexo y amor son aspectos del mismo fenómeno, manifestaciones de lo que llamamos vida? ¿Y, por qué no gozar en nuestra vida de la alegría del amor y del placer sexual?? El erotismo es exclusivamente humano, es sexualidad transfigurada por la imaginación y la voluntad de los hombres? En todo encuentro erótico, junto al deseo, hay un personaje invisible: la imaginación. ¡La imaginación al poder!

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