Tal como había prometido al Ayuntamiento de Oliva, la Generalitat inició ayer los controles periódicos de la calidad del aire en el entorno de la carretera N-332 a su paso por el casco urbano.
Se trata de un vehículo instalado en la plaza de Joan Baptista Escrivà portador del instrumental para determinar los principales contaminantes atmosféricos y de una torre de meteorología.
El alcalde de Oliva, David González, y la concejala de Salud Pública y Medio Ambiente, Imma Ibiza, visitaron a los técnicos de la unidad móvil. El alcalde agradeció «la diligencia y rapidez» mostrada por la Generalitat en este asunto, dado que hace apenas unas semanas el ayuntamiento aprobó, por unanimidad, la petición para medir el grado de contaminación ambiental que genera la travesía de la N-332.
Estos controles del aire tendrán una duración de tres meses, en dos tandas de mes y medio, y el Ayuntamiento de Oliva se ha comprometido a publicar los resultados en su página web.
En el pleno del pasado mes de marzo, a propuesta del alcalde, todos los grupos políticos aprobaron una moción para pedir a la Conselleria que instalara una estación de medida de la calidad del aire en el entorno de la N-332. Mientras la Conselleria estudia la solicitud del Ayuntamiento de Oliva, ha adoptado esta medida urgente para comenzar a tomar datos con las que el Ayuntamiento de Oliva podrá demostrar al Ministerio de Fomento el perjuicio el que sufren los vecinos.
El Gobierno de España, titular de la N-332, ha dado largas durante décadas a la petición del ayuntamiento para la construcción de una circunvalación, como sí se ha hecho en otras ciudades, incluso más más pequeñas y con travesías mucho más cortas que la que existe en Oliva. La última promesa es que el 1 de enero de 2019 el tráfico de la N-332 se desviará por la autopista AP-7, dado que ese día pasará a ser gratuita.
