La Associació Veïnal de Sant Nicolau de Gandia, situada junto a la vía férrea que conduce al Grau, ha vuelto a mostrar su indignación por las consecuencias que sufren cada vez que tienen lugar lluvias intensas.
El último episodio ocurrió el miércoles, cuando algunas de las calles quedaron hanegadas al caer un chaparrón que, en poco tiempo, dejó alrededor de 15 litros por metro cuadrado.
La entidad vecinal que preside Àngel Peiró señaló ayer a este periódico que las hojas acumuladas en los imbornales impidieron que el agua entrara en la red de colectores y que, consecuencia de ello, hubo inundaciones en algunas de las viviendas de la zona. Vecinos de la zona tuvieron que salir y limpiar con sus propios medios las tapas obstruidas, evitando así consecuencias peores.
«¿Qué hubiese pasado si la lluvia hubiese durado más?», se preguntó la asociación, que asegura haber solicitado reiteradamente más atención en la limpieza de los imbornales para no tener que estar siempre pendientes de ellos.
Paralelamente, también han pedido más de diez veces, por escrito, la construcción de dos pequeñas «aigüeres» o canalizaciones superficiales de agua de lluvia que, en caso de riesgo de inundación, permitirían la evacuación del caudal acumulado.
«Ante todo eso, nada. No hemos tenido ninguna solución», añade la entidad que, indignada y harta, recuerda «que ahora pagaremos un incremento abusivo del IBI municipal mientras nos quedamos escuchando el monólogo de que no hay dinero».
«Las actuaciones que solicitamos ni son faraónicas ni implican un incremento del gasto», explica la asociación, que considera que las «aigüeres» son una obra menor y la limpieza de los imbornales el cumplimiento de una frecuencia normal de un servicio municipal. Sus peticiones se han transmitido a la Junta de Distrito del Grau y al departamento de Territorio.
