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Arranca en pruebas la nueva planta que tratará la basura de los pueblos de la Valldigna

La instalación, proyectada hace una década, permite reducir el rechazo en un 50 % - Esta infraestructura reducirá la actividad en la de Guadassuar

Arranca en pruebas la nueva planta que tratará la basura de los pueblos de la Valldigna

La planta de recepción de residuos y voluminosos en la que se deposita la basura que se recoge en los municipios de la Valldigna, Tavernes, Simat y Benifairó, además de los de la Ribera, que está ubicada en Guadassuar, ha iniciado esta misma semana el periodo de pruebas y, si no surgen imprevistos, entrará en funcionamiento de forma definitiva el próximo mes de octubre. Se trata de la primera de las tres infraestructuras proyectadas por el consorcio de basuras Ribera-Valldigna para sustituir la antigua planta, ubicada en el mismo municipio.

La principal característica de esta nueva instalación es que permitirá reducir hasta la mitad el rechazo -desperdicio que queda una vez completado al proceso de selección de residuos-, que actualmente es del 60 %.

Este rechazo debe reducirse, por ley, a un máximo del 44% pero debido a las características de las nuevas instalaciones el consorcio prevé que pueda quedar «en un 30 % o incluso menos». Se trata de una de las plantas de tratamiento más modernas de la Comunitat Valenciana.

Parte de los residuos que se recogen en la Valldigna han empezado a derivarse a esta nueva planta para ajustar los procesos de alimentación y realizar las pruebas necesarias antes de que funcione a pleno rendimiento.

Esta instalación de recepción y triaje es la primera de las tres que se proyectaron hace casi una década para que el consorcio comarcal asumiera la gestión de los residuos.

Su puesta en funcionamiento reducirá la actividad en las viejas instalaciones de Guadassuar, que tantas quejas vecinales ha provocado y donde, de forma temporal, únicamente permanecerá la planta de compostaje. El consorcio, de hecho, tiene pendiente de adjudicar un contrato por un año, con posibilidad de prórroga y un valor estimado total de 3,6 millones, para la gestión de esta planta mientras se construye la nueva.

Esta prórroga para el funcionamiento de la vieja planta se otorgó en marzo en base a la necesidad de mantener un servicio público tras haber vencido el contrato. El consorcio ha querido regularizar esta situación, ya que el plazo para la construcción de la nueva planta, la segunda instalación de las tres previstas, es de un año, tiempo en el cual, como es lógico, es necesario seguir con el compostaje de los residuos.

El presidente del consorcio, Salvador Montañana, cree que la concesión de la Autorización Ambiental Integrada por parte de la Conselleria de Medio Ambiente a esta planta es «inminente» y que, a partir de ese momento, únicamente estaría pendiente de la concesión de la licencia de obras.

Alternativas al vertedero

La que sí que parece más enquistada es la tercera instalación que contemplaba el consorcio para la gestión de los residuos que generan los 52 municipios de la Ribera y la Valldigna: el vertedero, especialmente por las dificultades de hallar un municipio que lo acoja. «Seguimos buscando una solución y no será a largo plazo», comentó Montañana, mientras recordaba que la entidad ha encargado a la Agència Energètica de la Ribera un estudio de posibles emplazamientos de vertederos en su ámbito geográfico que espera recibir el próximo mes de noviembre.

Fernando Pascual, vicepresidente del consorcio, se mostró partidario de optar por pequeños microvertederos en lugar de un macrovertedero, que siempre genera oposición en el municipio que se elija, si bien Montañana se mostró mucho más cauto y señaló que se trata de un asunto susceptible de debate.

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