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Un vecino de Gandia dona mil euros para ayudar a la familia okupa de Beniarjó

El matrimonio dice que lo destinará a comida e intentará invertir una parte en comprar género para venderlo en los mercadillos

Un vecino de Gandia dona mil euros para ayudar a la familia okupa de Beniarjó

Pedro y María, el matrimonio con tres hijas menores de edad que vive en una casa ocupada en Beniarjó, ha recibido una buena noticia. Una persona que conoció su historia a través de las páginas de Levante-EMV ha decidido donarles 1.000 euros para tratar de aliviar su delicada situación. Se trata de un hombre, vecino de Gandia, que ha preferido mantenerse en el anonimato.

Según explicaron ayer personas próximas al matrimonio y ligadas a la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca, este mecenas asegura que lo hace «porque está viendo que la situación en el país es muy mala y que nadie va a ayudar a la gente que está así».

Resulta evidente que esta cantidad de dinero no soluciona la grave situación que vive la familia. Cabe recordar que actualmente están ocupando una vivienda de forma ilegal, enganchados a la electricidad irregularmente y sin agua. Además, no tienen trabajo y creen que el hecho de ser gitanos no les ayuda tampoco a encontrarlo, como narraron en las páginas de este periódico. A esto se le suma su mala relación con sus vecinos, que, según denunciaron, no les quieren «porque no aceptan que haya gitanos en Beniarjó».

Sin embargo, esos mil euros les servirán para poder hacer acopio de enseres básicos, como señalaba ayer a este periódico la mujer, María Moreno. «Lo destinaremos a los más preciso, sobre todo comida porque ropa mi madre me trae de Alicante cuando sube y con poco nos podemos apañar», señalaba. Explicó también que «la renta garantizada que nos dan ya se nos ha acabado y aunque nos renuevan, no sé cuánto tardarán en pagarnos otra vez». La mujer agradeció la ayuda a esta persona y reconoció que lo que realmente les ayudaría a salir de la precaria situación en la que se encuentran sería tener acceso a una vivienda y, sobre todo, un trabajo. Por ello, «algo del dinero lo invertiremos en comprar género para vender en los mercadillos y así que no se nos acaben los ingresos», indicaba.

Apenada, María también se mostró convencida de que «ni con todo el dinero del mundo nos quieren alquilar un piso». El motivo principal es que no tienen trabajo y resulta muy complicado que el propietario de una vivienda alquile el piso sin nómina.

Desde la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca, por su parte, están trabajando en lograr que alguna entidad bancaria les ceda un piso social, sobre todo apelando a la situación de las tres pequeñas de 10, 5 y tres años. De momento, lo único que han logrado es que un banco les dé 2.500 euros para que, a través del ayuntamiento, dispongan de una ayuda al alquiler.

Ese dinero está retenido en el consistorio, ya que es finalista y solo puede ir destinado a alquilar un piso. Sin embargo, la familia es consciente de que una vez se agotara no podrían seguir haciendo frente a las cuotas mensuales, a lo que se le suma el hecho de que no encuentran quien les arriende la vivienda.

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