El Ayuntamiento de Gandia quiere demostrar que apuesta decididamente por un cambio en el modelo turístico de la ciudad. Por ello, a las medidas para acabar con las despedidas, pretenden implantar otras destinadas a poner fin al alquiler de apartamentos por parte de grupos de jóvenes para celebrar fiestas.
La concejala de Seguridad Ciudadana, Àngels Pérez, anunció ayer que el Gobierno de Gandia va a estudiar medidas judiciales para actuar contra varios pisos y establecimientos que incumplen de forma reiterada la normativa de convivencia cívica.
En el caso de las viviendas, el foco está «en una serie de apartamentos puntuales» que cada fin de semana acogen a grupos de jóvenes que gritan, ponen la música a todo volumen o generan altercados en las zonas comunes de los edificios. La edil asegura que los tienen «localizados» y que el objetivo es ir a la raíz porque o cierto es que, aunque cada fin de semana se impongan denuncias a los inquilinos, la raíz del problema está en quien alquila.
Sobre esta cuestión también se pronunció la alcaldesa, Diana Morant, quien señaló que en otras viviendas pueden producirse estos hechos de forma puntual «porque cuando alquilas se te puede escapar» y que por ello desde el consistorio se pretende actuar sobre el foco del problema.
Pérez, por otra parte, también habló de dos chiringuitos de la playa que cuentan con decenas de denuncias y constantes llamadas por las molestias que generan a los vecinos. Sobre esta cuestión, el ayuntamiento incluso se plantea «revisar el contrato de adjudicación» además de estudiar otro tipo de medidas.
Críticas del PP
En contraposición a las declaraciones del Gobierno local, el PP de Gandia cree que Diana Morant vive «en una realidad paralela». Según los populares, los vecinos de la playa de Gandia «se quejan amargamente de vivir en una playa en la que crece el botellón». El portavoz, Víctor Soler, en cambio, recalcó «el modelo conciliador» de su partido, que «gracias al SAC y la Policía Local logró erradicar el botellón».
