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Casarse 320 veces al año

De pasodobles a bachatas para acabar con los últimos temas del momento. Los cantantes y músicos de orquesta son capaces de cambiar de piel en cada tema La voz no lo es todo, además deben saber bailar y hacer el «show»

Casarse 320 veces al año

Son las 7 de la mañana. Las puertas del almacén se abren para que Moncho, jefe de montaje del Grupo Diamonds, arranque la furgoneta y comience a hacer kilómetros hasta el centro de España. Es la avanzadilla. Va cargado con el equipo sonoro que debe estar listo a la hora de empezar el bolo. Hoy toca Madrid. Es una de las más de 320 bodas que cada año realiza esta orquesta radicada en Bellreguard a través de su varias formaciones musicales. Unas horas después de hacerlo Moncho saldrán los músicos camino a la capital de España. A medio camino, café y almuerzo, como buenos valencianos. Esta noche actúan en el Castillo de Viñuelas, que fue la residencia de Franco antes de trasladarse al Pardo. La novia es piloto de aviones y él azafato.

La Diamonds no es una orquesta al uso. Además del espectáculo que ofrecen al final de la cena, interpretan temas durante la misma boda. Forman parte de la celebración prácticamente desde el minuto uno. Pese a que llevan un importante lastre de trabajo detrás, los integrantes del quinteto siguen con las ganas y la ilusión intactas.

Alrededor de las 20 horas llegan los primeros invitados y empieza la boda. El primero en entrar es el novio. Se le ve nervioso. La cantante comienza con Whitney Houston. Es la primera de las más de 60 canciones que interpretará esa noche. Tras la ceremonia llega el cocktail, donde también sonará música Diamonds, en este caso a ritmo de jazz. Además de las típicas canciones de boda, esta formación ofrece distintos estilos para adaptarse a los gustos de las parejas y, sobre todo, respetar la puesta en escena que requiere cada momento de la noche.

En el baile es donde el grupo muestra todo su potencial. Los invitados bailan y siguen las coreografías que marcan los músicos. Porque no solo es cantar, el integrante de una orquesta debe ser también «showman» y bailarín.

Uno de los valores de ser integrante de una formación de fiesta es la capacidad de adaptarse a cualquier estilo e incluso de cambiar de un tema a otro de forma radical. Desde los primeros pasodobles hasta los últimos éxitos de Morat, Pitbull o ACDC suenan haciendo participar a todos los invitados. No hay segundo de descanso y el final es que todos levanten la novia al ritmo de «dirty dancing».

Mónica es cantante de Diamonds y dice que el final, cuando reciben las felicitaciones de la pareja, «es la parte más bonita de este trabajo. Ver a la gente feliz y que te feliciten por tu trabajo. Eso en una oficina difícilmente lo tendría», apunta.

Acaba la actuación. Toca ir al hotel a descansar porque al día siguiente hay viaje a Castelló.

La orquesta Diamonds cuenta con varias formaciones, lo que permite dividirse en varias bodas en un mismo día. Aunque es verano, este grupo trabaja todo el año. Para ellos la temporada empieza en febrero y no se detiene hasta diciembre, a diferencia de las que sólo trabajan durante los meses de julio y agosto. Su mes de vacaciones es enero. «Aunque hemos hecho a veces 2 y 3 bodas en ese mes, con Diamonds no se para nunca» señala uno de los músicos por lo bajo.

El bolo de Castelló no es el último del fin de semana. El domingo, los integrantes de Diamonds «se casan» otra vez. Y así hasta en más de 320 ocasiones a lo largo del año. Lo cierto es que los trabajadores del mundo del espectáculo parece que estén hechos de otra pasta.

Si algo tiene esta formación, es que detrás cuenta con un gran trabajo de promoción, sobre todo a nivel de internet. Es de ese modo como les contratan mayoritariamente. Cuentan con más de 3.000 vídeos en la plataforma de Youtube y son muy activos en las redes sociales. En Facebook suben y editan cientos de fotografías de cada uno de los eventos a los que acuden. Solo con las caras de quienes aparecen en las mismas se nota que sus actuaciones son pura diversión. «Casi todos los novios contratan su boda por internet, ya que es tendencia cada vez más creciente. Antes tenías que ir a tiendas, probar, mirar, visitar hoy en día las novias cada vez pierden el miedo a cerrar cosas para su boda desde la pantalla de su ordenador», señala Raúl Escrivà, uno de los responsables de Diamonds. «La novia de Madrid nos dijo que dio con nosotros por youtube en una escala en París, no quería poner la típica discomóvil y contactó a través de la web. No tardamos ni dos minutos en contestarle».

Es domingo por la noche y acaba un intenso fin de semana. Aún les quedará editar, montar y publicar todas las fotos y vídeos en sus redes sociales para que los invitados que han asistido a las bodas tengan un recuerdo. «Además de internet, esta empresa funciona a base de buen rollo» apostilla Mónica. El objetivo, dice, «que todo acabe como querían los novios, con una sonrisa».

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