El Plan de Reforma Interior de lo que el Ayuntamiento de Gandia denomina «Fachada urbana oriental» fue una de aquellas actuaciones que deslumbraron entre los años 2008 y 2010. A la luz salieron las grandes torres que se pretendían construir junto a la calle Vilallonga para acumular la mayor parte de la edificación y así dejar mucho más espacio libre de hormigón.
Ahogada por la crisis aquella época en que las urbanizaciones proliferaban por doquier, hoy todos en el ayuntamiento son conscientes de que este Plan de Reforma Interior va para muy largo. Baste señalar que la inversión que se considera necesaria ronda los veinte millones de euros, incluyendo los 9,6 millones que se tendrían que pagar en indemnizaciones a propietarios de viviendas, algunas de ellas en ruina, que tendrían que ser demolidas.
En el ayuntamiento no dudan de que esta puede ser una buena actuación de futuro y por eso se ha decidido modificarla para incluir el bulevar que la comunicaría con el hospital comarcal.
Se trata de ensanchar la trama urbana de Gandia y de disponer de equipamientos urbanos como la «anella verda», una red de jardines que envolverá la ciudad y que también hace muchos años que se proyectó. En esta zona el hilo conductor de las áreas verdes es el cauce del Serpis, catalogado como paisaje protegido. s. s. gandia
