Vicente (55 años) todavía no puede vivir de la venta «on line» de las naranjas, por lo que compagina esta actividad con su trabajo principal como operario de la brigada municipal de obras y servicios de Oliva. No obstante, confía en que el negocio de internet vaya aumentando y, por si acaso, ya ha registrado otra marca para vender hortalizas en un futuro. La venta telemática la ha aprendido de forma autodidacta. Pero estar pendiente de la «web» y del teléfono lleva su tiempo. Todos los días, antes de irse a trabajar, a las 5 de la madrugada, ya se conecta para atender los primeros pedidos. Su mujer, Mavi, también le ayuda. j. c. oliva