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OPINIÓN Enrique Orihuel Iranzo

El turismo de Gandia, a debate

El turismo de Gandia, a debate

El Círculo de Economía de la Safor presentó el pasado 27 de octubre un estudio sobre el turismo con el título «El impacto del turismo en Gandia. Mitos y métricas» que está disponible en www.cesafor.com. El estudio ha generado cierto nivel de controversia ya que pone en cuestión muchos de los datos recurrentemente afirmados y, por qué no, mitificados acerca de la realidad turística de Gandia. Dentro de la escasez de datos generalizada que existe en nuestra ciudad para poder hacer un estudio mínimamente riguroso, desde el CES se ha tomado la información oficial y/o de otros estudios realizados para poder abordarlo. En concreto, para la evaluación del impacto del turismo sobre el empleo, el paro y el PIB se utilizaron centenares de datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística y de la Seguridad Social, abarcando un periodo comprendido entre 2008 y 2016. Asimismo se han utilizado datos del informe de PATECO de 2007 que ha permitido calcular el extremo inferior de la horquilla del número máximo de turistas que Gandia puede albergar en verano y, obviamente, no se usó para el cálculo de su extremo superior, ni para la evaluación del impacto del turismo de verano sobre desempleo, afiliación a la Seguridad Social y PIB turístico. La influencia del mencionado informe es totalmente irrelevante y prescindible y no altera en nada las conclusiones del trabajo.

Sobre el número de turistas, el estudio cuestiona las cifras de 200.000 a 300.000 turistas que frecuentemente han aparecido en medios de comunicación. También la Asociación Hotelera de Gandia afirmó recientemente que sólo en pernoctaciones se llega a los 150.000 visitantes. Esta cifra -que no explican de dónde ha salido- suponemos que se refiere al máximo de pernoctaciones turísticas diarias en el punto álgido del verano y difiere mucho del valor evaluado en el estudio del CES, que es de unas 51.000 pernoctaciones turísticas. Como se explicó en la presentación del estudio, esta cifra tiene dos componentes, uno verificable (datos de 2015) que son las 13.300 pernoctaciones en hoteles, apartamentos registrados y campings, y otro componente de 37.700 pernoctaciones, correspondientes a apartamentos no registrados y a turistas en viviendas de su propiedad o de amigos, sobre los que no existe ninguna información. Este segundo componente se evaluó a partir del dato catastral de las 22.247 viviendas del conjunto del Grau-Playa y lógicamente no es una cifra exacta. Sin embargo para alcanzar la cifra de 150.000 pernoctaciones turísticas que sugiere la Asociación Hotelera, sería necesario alojar en cada una de las viviendas a entre 6 y 7 turistas, ocupándolas absolutamente todas y desalojando previamente a los residentes del distrito del Grau-Playa y a las personas de Gandia que veranean en la Playa, cuestión irrealizable.

Para evaluar el impacto que ejerce el turismo de verano en Gandia sobre el número de desempleados registrados y sobre la afiliación a la Seguridad Social, se desarrolló un procedimiento matemático que se aplicó a las nueve temporadas turísticas entre 2008 y 2016 ambos inclusive. De acuerdo con el modelo, el descenso medio del paro registrado en Gandia entre 1 de junio y 30 de septiembre es de 318 ± 94 personas como promedio de los nueve años evaluados. Por su parte el aumento de la afiliación a la Seguridad Social durante el mismo periodo es de 920 ± 171 personas. Puntualmente, a 31 de julio, se han alcanzado valores del descenso del paro de 657 personas (2013) y del aumento de la afiliación de 1.993 (2016). Estas cifras corresponden únicamente al impacto del turismo de verano sobre empleo y desempleo y, lógicamente no incluyen el empleo generado por el turismo de forma permanente, independientemente de la época del año, que es muy inferior. Llama la atención el hecho de que, aproximadamente, sólo una de cada tres afiliaciones debidas al turismo procede del paro registrado. Esto podría explicarse si hubiera un porcentaje significativo de personas que sólo trabaja en verano y no están inscritas en los registros del paro de Gandia: puede tratarse de estudiantes, o familiares o amigos de propietarios de establecimientos.

Como se comprobó durante la presentación del estudio, tiende a olvidarse que no existe un subsector turístico químicamente puro, ya que por ejemplo, atribuir el empleo que crea la hostelería al turismo es un error mayúsculo ya que la mayor parte del volumen de negocio hostelero, globalmente considerado, corresponde a la clientela local y, por tanto, la mayor parte del empleo que genera no es debido al turismo. Incluso en el caso de los hoteles, cuando organizan eventos a los que asisten gandienses, esos ingresos y el empleo asociado tampoco son turismo.

Sobre el impacto del turismo sobre el empleo también se ha objetado que el estudio del CES no tiene en cuenta los nuevos contratos de verano de personas del resto de la comarca. Sin embargo, el estudio no trabajó con cifras de contratos, sino con los totales de afiliados a la Seguridad Social a final de cada mes. Lógicamente en esas cifras no figuran los afiliados procedentes de otros municipios, pero sí que figuran los afiliados de Gandia que trabajan en otros municipios. Como no es descabellado pensar que la empleabilidad de los gandienses sea similar a la de los municipios vecinos, las dos cifras mencionadas se compensarían y, aunque no fuera así, lo que en definitiva se evaluó fue el impacto de la temporada turística sobre el empleo en Gandia, no sobre el empleo en otros municipios.

La estimación que realiza el estudio del CES sobre el porcentaje del PIB local debido al turismo, ofrece un resultado del 6,81%. En este caso la evaluación se ha realizado sobre todo el año, no sólo sobre la temporada turística y se basa en la hipótesis de que existe una proporcionalidad entre el empleo debido al turismo y el PIB del turismo. Se han aplicado correcciones para considerar un teórico incremento de productividad durante el verano, el empleo sumergido, la parte de PIB que no depende de la mano de obra y posibles errores de estimación. A pesar de las importantes correcciones efectuadas, el resultado es inferior al 10% que a priori se le suponía al PIB turístico en Gandia.

Coincidimos en la conveniencia de abrir un debate para continuar analizando el sector turístico y saber qué hacer en el futuro. No obstante, para que dicho debate sea fructífero debe basarse en datos sólidos y no en opiniones, creencias o suposiciones sin base empírica. Por eso, en la parte propositiva del estudio del CES se expone la necesidad de realizar periódicamente métricas que permitan conocer los volúmenes de turistas, las tipologías de alojamiento, el motivo de la visita y, especialmente, los ingresos que aportan, así como su evolución. Esa será la mejor vía para que se diseñen políticas turísticas eficaces. Además, las métricas son una herramienta imprescindible para evaluar las nuevas políticas turísticas que se implementen en el futuro. Como dijo Lord Kelvin hace más de cien años, «lo que no se mide no se puede mejorar».

Por último, el estudio también saca una serie de conclusiones que, sin ánimo de plasmarlas todas en este artículo, pueden condensarse en tres puntos:

1.- El sector representa una parte muy importante de la economía de la ciudad pero, aparentemente, por debajo del peso que tiene en otros destinos turísticos. Ello no debe interpretarse como una debilidad, muy al contrario, debe verse como una oportunidad para potenciarlo y generar una mayor actividad y, como consecuencia, creación de empleo. El turismo jamás debe ser campo de disputa política sino lugar de encuentro para articular políticas estratégicas con el compromiso de colaboración de todos los actores implicados.

2.-El hecho de que las cifras de paro son sustancialmente más bajas que las del incremento de la afiliación a la SS inducen a pensar que gran parte del empleo del turismo proviene de personas que no estaban afiliadas a la SS, lo que presupone escasa dedicación y formación. Sin señalar ninguna actividad concreta y con honrosas excepciones, los actores principales, los empresarios, deberían reflexionar si el nivel de profesionalidad es el adecuado para que la excelencia y la calidad del servicio sea un decidido objetivo a alcanzar o bien un recurso retórico reiterativo.

3.- Tenemos una carencia muy acentuada de estadísticas turísticas tanto en términos de flujo de visitantes como en flujos monetarios. La complicidad y la colaboración entre el sector, la administración y la Universidad Politécnica (con su grado de Turismo) se antoja esencial para la creación de una metodología capaz de obtener información relevante que permita conocer la situación del sector lejos de análisis interesados. Con la producción de dichas métricas, los tres agentes deben articular acciones decididas y encaminadas a mejorar el turismo de nuestra ciudad mediante estrategias concretas basadas en información fidedigna y que permita que el turismo tenga la relevancia que se merece.

En mayo del 68, los estudiantes franceses se manifestaban vociferando el siguiente lema: «seamos realistas, pidamos lo imposible». Queremos pensar que no es imposible que se consensue un modelo turístico ajeno a los cambios que puedan producirse en la Casa Consistorial; que los empresarios piensen que su trabajo es más importante que las acciones que la administración puede hacer por ellos; que la Universidad y sus docentes tiene una oportunidad magnífica para implicarse y hacer realidad el desafío de actuar como generadores de conocimiento aplicado. El sector se lo merece y Gandia lo necesita.

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