El Ayuntamiento de Gandia ampliará la Zona Azul, de pago por estacionar hasta dos horas en la calle, y entregará su gestión a una empresa privada, en cuyo paquete se incluirá también el servicio de la grúa municipal, que es uno de los que, desde hace años, genera cuantiosas pérdidas económicas al consistorio.
Según informaron ayer los concejales José Manuel Prieto y Alícia Izquierdo, la ampliación supone más que duplicar el espacio de Zona Azul, dado que se pasa de las actuales 226 plazas hasta las 617, algo que permitirá hacer más atractiva la licitación de ese contrato de servicio.
La Zona Azul, que ahora está vigente en el distrito del Centre Històric y alrededor del antiguo hospital comarcal, se aplicará también en las calles que rodean los centros de salud de Beniopa y de Corea (donde también está la Escuela Oficial de Idiomas), en las áreas comercial de República Argentina-Plaça El·líptica y en Corea, así como en las calles cercanas a la estación de ferrocarril, donde existe mucha demanda de plazas para realizar gestiones que generalmente se hacen en menos de dos horas, periodo máximo fijado en la Zona Azul.
La propuesta fue bien recibida por los comerciantes de la ciudad, y, según la concejala Alícia Izquierdo, esta es «una reivindicación histórica» del sector porque considera que la rotación de coches es beneficiosa para incrementar las ventas, al facilitar que quienes quieran entrar en una tienda pueda encontrar un lugar donde aparcar.
El proceso iniciado ayer, que contó con los votos a favor de los dos grupos del Gobierno local y de C's y la oposición del PP, desembocará en el concurso público al que se podrán presentar las empresas especializadas en este tipo de servicios para gestionar la Zona Azul y la grúa municipal durante los próximos años.
Hasta ahora ambas actividades estaban en manos de la empresa municipal Iniciatives Públiques Gandia (IPG), en pleno proceso de liquidación, de ahí que tengan que ser asumidos directamente por el ayuntamiento.
El mayor beneficio de la ampliación de la Zona Azul es, obviamente, para el ayuntamiento, dado que, al unir ese servicio al de la grúa, confía en equilibrar los ingresos y las pérdidas, de manera que dejaría de ser una carga para las arcas municipales.
En segundo lugar, el Gobierno local interpreta que así también se favorece al comercio y la hostelería local, así como el acceso de los usuarios a los centros de salud por parte de personas que no pueden desplazarse a pie.
La medida se inscribe en la estrategia municipal de tráfico y movilidad urbana que ha incluido la prohibición de circular por calles peatonalizadas en determinadas horas del día, la recuperación de la gestión del párking de la plaza del Prado, con una reducción de las tarifas que ha incrementado su uso público, o la revista revitalización del sistema de Saforbici.
Intento fallido del PP
En la pasada legislatura el Gobierno local del PP también inició su propio proyecto para ampliar áreas de aparcamiento de pago, incluso con campas al aire libre, extendiendo la Zona Azul y adquiriendo todos los párkings subterráneos, pero la iniciativa, que obligaba a pagar decenas de millones de euros, no fructificó.
