La Cursa de la Dona Delikia Sport ha logrado, tras sus nueve ediciones, la décima será el 2 de abril, convertirse en algo más que una carrera. Cada año entre sus miles de participantes hay numerosas vivencias que trascienden el ámbito deportivo. Historias de mujeres como «les Sendra» que una vez más volverán a ser el grupo familiar más numeroso,

La matriarca es Miryam Pérez (79 años), que tiene nueve hijas. Este año, no obstante, ella no participará. «Me sabe mal, pero no podré porque hace dos meses me rompí la cadera, me operaron, y todavía me cuesta caminar», se lamenta. Pero han estado siempre ahí, en las nueve ediciones, e incluso tienen un ritual: «Antes de salir nos reunimos todas y gritamos ¡Seeeendra!», apuntan dos de sus hijas, Paula y Gisela.

La Cursa de la Dona se puede hacer a cualquier ritmo; corriendo, caminando e incluso sobre ruedas. Clara Ruano, de Benirredrà, es todo un ejemplo a seguir. Por un lado, porque es monitora de gimnasia de mantenimiento y bailes de salón, y en sus clases siempre anima a sus alumnas, de todas las edades, a participar.

Y por otro, porque ella corre con su madre, Clarita Lurbe, de 92 años, que va en silla de ruedas desde hace más de 15 por un problema de caderas. Todos los años participan, se colocan entre los primeros puestos de salida y logran acabarla sin problemas. «Para mí es un orgullo verla disfrutar, cuando pasamos por meta levanta las manos con mucha alegría», explica, y añade: «En febrero ya me está recordando que hay que inscribirse en la Cursa».

Se da la circunstancia de que Clarita cumple años el 5 de abril, así que tres días después de esta Cursa celebrará su 93 aniversario. El año pasado Clara le personalizó la camiseta con la leyenda «Olimpiadas 92». Este año, como el anterior, Clara y su madre correrán junto a su hija Penélope, en la categoría de «abuela, madre e hija». Pero la implicación de Clara con la Cursa de la Dona va mucho más allá. Por ejemplo, ya lleva vendidas más de 200 pulseras rosas con la leyenda «Jo dic prou», otra vía que la organización del evento ha dispuesto para la causa solidaria; que es recaudar fondos con los que poner en marcha un piso tutelado para mujeres víctimas de la violencia machista.

Otras mujeres incondicionales son las integrantes de La Safor al Pit, una asociación de apoyo a la lactancia materna. «El objetivo es, sobre todo, aprovechar este evento para visualizarnos y reivindicar que cada vez somos más las madres que decidimos dar el pecho», comenta María José Pellicer, portavoz de esta asociación, que preside Ana Gallego. A las niñas las llevan con carros o con portabebés y se personalizan la camiseta con el nombre de la asociación.

Y hablando de padres, Silvia Morant y Salva Vidal se merecen otra mención de honor en este capítulo, ya que no dudaron en inscribir en la carrera a su hija, Laia, pese a que la pequeña, nacida el pasado 23 de febrero, tiene poco más de un mes de vida.

Silvia participará en la categoría de «madre e hija». Ha salido en las nueve ediciones anteriores. «El primer año me animó una amiga, Susana, y desde entonces no he fallado», comenta. Aunque este año saldrá con el carro, en otras ocasiones la ha hecho caminando, incluso corriendo. Su mejor marca son 24 minutos para completar los 5,9 km de distancia, que no está nada mal. «Si vas caminando ves la Cursa desde otra perspectiva, la disfrutas más porque ves mejor la batucada y los puntos de animación», explica.

Trabaja como maestra en el colegio El Rebollet, de Oliva, y es una ferviente defensora de introducir a la mujer en la práctica del deporte, el principal objetivo que intenta promover la Cursa de la Dona. Fuera del colegio también anima a inscribirse a otras amigas, como sus compañeras de pádel. «Además, mi madre se apunta con el grupo de gimnasia para la tercera edad al que acude», añade.