La enorme figura del Toro de Osborne situada junto a la carretera N-332, en Tavernes de la Valldigna, que cayó el pasado diciembre a consecuencia del viento y de un sabotaje consistente en el serrado de patas, está siendo nuevamente levantada por parte de operarios de la empresa de licores.

Este emblema de la España de los años 70 y 80 del siglo pasado, que forma parte del patrimonio nacional, ya ha sufrido varios episodios actos para hacerlo desaparecer del paisaje de la Valldigna. De hecho, esta es la tercera vez que se levanta la estructura de hierro de más de cuatro toneladas, de cuya construcción y montaje se encarga la empresa Tajada, radicada en el Puerto de Santa María.

Ayer los trabajos de reposición ya permitían apreciar la enorme cabeza y las patas a medio poner. Durante la semana próxima los trabajadores y la empresa esperan tener totalmente colocada la estructura del toro que, a muchos valleros, les permite saber que ya están en casa.