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De mercado a espacio cultural

? El Gobierno de Gandia explora iniciativas culturales y sociales para el espacio del Prado que se ha quedado sin comercio ? La situación evidencia el fracaso del proyecto que costó más de 2 millones

De mercado a espacio cultural

El Ayuntamiento de Gandia, en colaboración con las organizaciones defensoras de la diversidad sexual, inauguró la semana pasada una muestra fotográfica las paradas del Mercat del Prado que ningún comercio quiere abrir. Como quien no quiere la cosa, se trata de la primera vez que ese espacio comercial pasa a acoger actividades culturales, y es, también, el primer paso para acentuar actividades de ese tipo en donde se tendría que estar vendiendo carne, verduras y toda clase de alimentos.

Son varias las paradas del Prado que, poco después de su flamante inauguración, se quedaron sin comercios. Las que sí rentan son aquellas que dan a la plaza, donde el trasiego de personas permite fomentar la venta. Pero casi nadie llegaba a los espacios interiores, menos atractivos y, por lo tanto, de escaso negocio para quien allí abrió sus puertas.

Ante esa situación la concejala de Promoción Económica, Alícia Izquierdo, confiesa la exposición abierta el viernes de la semana pasada es un anticipo de lo que podría ser el Mercat del Prado. Izquierdo exploró recientemente en varios mercados de Madrid un plan que combinaría los usos sociales y culturales con la dinamización de las paradas que siguen abiertas, lo que permitiría complementar las dos actividades.

El Mercat del Prado fue uno de los proyectos estrella del anterior Gobierno local del PP que costó más dos millones de euros y, en cierta medida, la «privatización» de un espacio público como era toda esa gran plaza gandiense. Pese a la solemnidad con que se vendió el proyecto «dinamizador del comercio en toda la zona», lo cierto es que algunas de las paradas abrieron allí no por iniciativa propia, sino a petición del propio Gobierno gandiense, que así logró llenar el mercado.

Comprobado que los números no salían, algunas de las tiendas poco tardaron en languidecer y, después, en cerrar sus puertas. La mayor animación la genera el supermercado instado en casi la mitad de la superficie, que se trasladó desde la céntrica calle de les Carmelites hasta el Prado.

Ahora que IPG, propietaria del mercado, está a punto de desaparecer, el ayuntamiento asumirá directamente la gestión de este espacio que, como Alícia Izquierdo señala, puede compatibilizar usos comerciales con culturales o sociales.

Izquierdo: «Repensar el proyecto»

«Creo que puede ser positivo el concepto de mercado con paradas y actividades de dinamización», indica a este periódico la responsable de Promoción Económica, quien recuerda que en el presupuesto municipal de 2017, aprobado el jueves pasado, ya existen alrededor de 70.000 euros para llevar a cabo esas acciones de promoción.

El Gobierno local, por lo tanto, está «repensando» el proyecto del Mercat del Prado, especialmente en lo que respecta a cómo llenar la zona interior mediante actos culturales, sociales, degustaciones de productos o culinarias. Todo a expensas de lo que decidan los responsables del supermercado, porque si esa superficie decidiera cerrar entonces sí que quedaría un gran espacio para «resucitar» lo que ya fueron las cubiertas abiertas del Prado: un lugar donde desarrollar actos que acogían a cientos de personas.

No solo Madrid llevó a cabo la «reconversión» de mercados. También València lo ha hecho, como ocurre con el de Colón, y en Barcelona cundieron ejemplos como el Mercat de les Flors.

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