? El gobierno local de Tavernes de la Valldigna no ha tardado en reaccionar al comprobar el descontento que ha provocado en una mayoría de vecinos el nuevo bordillo construido en el cruce entre las calles Mitja Galta y la Barca. Según reveló ayer la concejala de Servicios Urbanos, Llum Sansaloni, para evitar mayores problemas se va a recortar ligeramente la punta de la discordia para reducir el peligro de colisión de las ruedas. «Se retrasará un palmo aproximadamente, no más», apuntó la edil.

Sansaloni recordó que las obras aún no están acabadas y que aún queda por actuar en las aceras de enfrente (cruce entre las calles la Barca y la Mar), por lo que este bordillo tendrá sentido una vez esté listo todo el trabajo en su conjunto.

Este periódico pudo comprobar ayer cómo algunos vehículos frenan bruscamente al llegar a la altura del bordillo e incluso hubo quien circulaba a mayor velocidad y tuvo que dar un volantazo para no tropezar.