A las 18.30 horas del pasado jueves, en medio del caluroso ambiente que marcó el primer día completo de la nueva estación veraniega, en la zona de sombra de la plaza del Prado, justo donde están los juegos infantiles, se registraba una temperatura de 39 grados. A doscientos metros de allí, en el tramo del paseo de les Germanies que discurre ante la Casa de la Marquesa, el dato era de dos grados menos, 37. De estar en un lugar o en otro la diferencia era entre pasar calor o ahogarse.
El dato no supone ningún descubrimiento, pero especialistas consultados por este periódico señalan que, efectivamente, la «isla de frescor» que se va a generar durante todo este verano en el paseo de les Germanies se va a notar más que en los anteriores.
El motivo no es otro que el «túnel» que forma la doble hilera de frondosos plátanos que caracterizan desde hace un siglo esta vía de la ciudad de más de un kilómetro de longitud. Y este año más porque los plátanos, como ayer explicaron a este periódico técnicos municipales, no se han podado en los últimos cuatro ejercicios debido a la fuerte sequía que se prolongó desde 2013 hasta el pasado mes de octubre.
Ante la escasez de agua los árboles no extendieron sus ramas al ritmo normal, y por eso el ayuntamiento optó por no cortarlas. Ese gesto, unido a las copiosas precipitaciones acumuladas a partir del otoño pasado, con más de 400 litros por metro cuadrado desde entonces, han hecho que los plátanos presenten ahora un follaje mucho más espeso, bajo el cual los ciudadanos disfrutan de su sombra y del frescor.
Lo demuestran los dos grados menos medidos a la misma hora del jueves en la plaza del Prado, una enorme explanada de una hectárea que se caracteriza justamente por lo contrario, pocos árboles de copa tenue, facilitando una insolación que llega a deslumbrar.
Con el follaje en su máximo nivel desde hace años, la imagen del paseo en estos momentos es similar al de introducirse en un túnel. Una bocanada de aire fresco y también un descenso de la luminosidad, dos aspectos que se agradecen, tanto durante los paseos como para tomar algo en las muchas terrazas existentes.
Los técnicos municipales consultados ayer indican que la explicación es sencilla. Los árboles, cuantas más hojas tienen, absorben una mayor cantidad de calor a costa de incrementar su estrés, porque también ellos sufren ante temperaturas muy altas. A cambio, eso sí, convierten en vapor el agua que absorben desde el subsuelo, elevando la humedad del aire, un efecto que también se podía comprobar durante la medición del jueves.
El concejal Xavier Ródenas, que al acceder al Gobierno local dio instrucciones para no cortar árboles si no era necesario, también pidió evitar podas excesivamente agresivas, como ocurría antes. Se podrá apreciar el próximo invierno, cuando se recorten los árboles de esta zona.
El paseo de les Germanies cumple, sin duda, con su cometido y siempre ha sido uno de los espacios más transitados por los viandantes, también en estas jornadas de verano en las que muchos aprovechan para descansar o tomar algo huyendo del sol y buscando aires más frescos.
