Las decenas de personas que el domingo pasaban la tarde en un chiringuito de la zona sur de la playa de Tavernes se sorprendieron al ver, a escasos metros de la orilla, una imagen muy poco habitual en una zona en la que no hay puerto, la de un barco encallado a apenas 15 metros de la zona de arena.
El velero llegó hasta allí arrastrado por la corriente y después de que, según informaron ayer fuentes municipales a este periódico, sufriera un fallo eléctrico en el motor y el propietario perdiera el control, quedando a la deriva y encallando finalmente ante a costa vallera.
El propietario, un hombre de nacionalidad extranjera, no quiso en ese momento que le remolcaran el barco porque no había podido contactar con el seguro y ante el temor de tener que hacer frente a los daños que pudiera sufrir al ser arrastrado.
Por eso, ayer el hombre estaba a expensas de poder contactar con la compañía aseguradora para poder retirar el baco del lugar donde quedó enganchado.
Mientras tanto, se convirtió en un atractivo más para los turistas de la playa de Tavernes, que se acercaron a verlo ante la rareza de la imagen. De hecho, durante la tarde noche del domingo, decenas de imágenes se intercambiaron a través de los teléfonos móviles de los vecinos y turistas, lo que hizo un efecto llamada para los curiosos que se acercaron hasta ese punto a ver el barco encallado.
