Si no se producen contratiempos indeseados, este lunes los cerca de trescientos alumnos de Infantil y Primaria de la Font d'en Carròs regresarán a las clases después de tres semanas con el colegio sin actividad debido a la protesta de los padres, que exigían abandonar el centro escolar Francesc Carròs por su pésimo estado de conservación. Consideran que seguir allí suponía «un riesgo» permanente para sus hijos.

Según confirmó ayer el alcalde de la localidad, Pablo Puig, a última hora de la mañana de ayer responsables de la Conselleria de Educación le transmitieron su visto bueno para reubicar a los alumnos en el Edifici Polivalent, la «escoleta» Nanos y el Patronato. A esos tres espacios se ha trasladado ya gran parte del mobiliario de la escuela que, casi con toda probabilidad, será clausurada.

Tras esa esperada autorización, la intención de la conselleria y del ayuntamiento es que el lunes próximo la mayoría de los alumnos ya puedan entrar en sus nuevas aulas. Los de 3 y 4 años irían a la «escoleta». Los de Primero, Segundo y Tercero de Primaria se dirigirán al Patronato. Y los de Cuarto, Quinto y Sexto de Primaria irán al Edifici Polivalent.

Según indican fuentes municipales, es posible que lunes y martes todavía no se puedan ocupar todos esos espacios, pero el ayuntamiento, en colaboración con la dirección del colegio Francesc Carròs, está preparando actividades para que ningún alumno se vuelva a quedar en casa. El jueves, tras la festividad de Todos los Santos, ya se confía en que los alrededor de trescientos alumnos estén reubicados con las condiciones mínimas exigibles.

Paralelamente, el ayuntamiento seguirá con las pruebas técnicas para evaluar la fortaleza de la estructura del viejo colegio, aunque, a la vista de la situación, difícilmente los padres aceptarán regresar a ese colegio que requeriría una cuantiosa inversión económica para que esté en condiciones razonables de habitabilidad.

En vez de pensar en volver al Francesc Carròs, la comunidad escolar, con el Gobierno local al frente, apuesta por acelerar al máximo los trámites que deben desembocar en la construcción del nuevo colegio en un solar cedido hace años por el ayuntamiento a la Generalitat y que está situado en las inmediaciones de la carretera que conduce a Beniarjó.

La Conselleria de Educación preveía al menos dos años y medio para que el nuevo centro esté acabado, pero el plan Edificant, anunciado recientemente por el Consell, podría acortar algo ese periodo si el ayuntamiento acepta llevar a cabo la tramitación para licitar y adjudicar las obras que, en todo caso, financiará íntegramente la Generalitat.