En el sentir general de quienes, en junio de 2014, visitaban las recientemente restauradas salas de la tercera planta del Palau Ducal de Gandia, era el mismo. Una pena que aquellos espacios, bellamente decorados, cubiertos de madera en el techo y en suelo y muy bien iluminados por la luz natural que penetraba por las ventanas, no se pudieran ulitizar.

La restauración, que costó más de un millón de euros y que incluyó un gran refuerzo del forjado para que descansara sobre los grandes muros del edificio, se iba a quedar «en privado», dado que hasta allí arriba no hay ascensor que llegue y la accesibilidad no es sencilla.

Por eso el arquitecto que redactó el Plan Director para restaurar el Palau, Carlos Campos, el gerente del edificio, José Luis Ferrer, y el alcalde de la ciudad, Arturo Torró, señalaron que ibana esforzarse en la búsqueda de la financiación necesaria para darle un uso a todas aquellas estancias. Lo cierto es que, hasta ahora, no ha habido indicios de poder disponer de los 800.000 euros necesarios. El plan anunciado por Ximo Puig es la primera gran esperanza de acometer la esperada obra.