Los vecinos de la Safor están bastante concienciados en que los residuos que se generan a diario (botellas de gel o champú, cartones de leche, envoltorios de comida, etc) pueden tener una segunda o tercera vida si, en vez de acabar en la basura de restos orgánicos, se depositan en los contenedores correctos. La gran mayoría de municipios de la comarca, de hecho, reciclan por encima de la media de la Comunitat Valenciana, según los datos a los que ha tenido acceso Levante-EMV referentes al año 2016.
Por ser más concretos, en todo el territorio autonómico, a lo largo del último ejercicio, cada ciudadano recicló, de media, 8,8 kilos en los contenedores amarillos (envases de plástico, de metal y bricks). En cambio, en la comarca de la Safor se llegó hasta los 23,6 kilos por habitante.
Muy por encima se encuentra también el reciclaje de papel y cartón, donde cada vecino de la comarca depositó 63,3 kilos de media el pasado año, mientras que en el global de la Comunitat Valenciana se recogieron 11,4.
Esta gran diferencia se explica en los altos resultados que alcanzan municipios como Castellonet de la Conquesta, la localidad más pequeña de la comarca, donde cada vecino recicló en 2016 hasta 88 kilos en el recipiente de los envases, mientras que la cifra en el azul se dispara hasta los 126. Después está Guardamar de la Safor, con 53 kilos por vecino en lo que respecta a los residuos que se depositan en el contendor amarillo y 156 en el de papel y cartón. En tercer lugar se encuentra Miramar, que suma 35,4 y 119,9 kilos respectivamente.
Hay que tener en cuenta las características demográficas de estos municipios a la hora de calcular los datos de reciclaje, toda vez que son localidades en las que su población aumenta durante los meses de verano y muchos de estos visitantes no están empadronados en el municipio. Lo más lógico es que en esa época se llenen más los contenedores. Sin embargo, el cálculo final por habitante, se valora por el total de vecinos censados.
Eso no quita los esfuerzos que hace los ayuntamientos por concienciar de la importancia de reciclar. En Miramar, por ejemplo, desde el Gobierno local explicaban a este periódico el gran número de campañas que realizan para hacer ver a sus vecinos de la importancia del reciclaje. El consistorio tiene editados folletos explicativos e incluso una guía en la que se enseña cómo separar correctamente los residuos y cómo se pueden reutilizar una vez se depositan en los contenedores adecuados. También muestra los recursos que el municipio pone a disposición de los vecinos para que separen.
Además, la web de esta localidad cuenta con un mapa donde tiene geolocalizados todos los contenedores del municipio y la playa, por lo que los vecinos y visitantes no tienen excusa para no reciclar. A eso se suma la especial mención que se hace sobre la cuestión en las diferentes publicaciones que realiza la administración local.
Benifairó, primera del consorcio
Las tres únicas localidades que no llegan la media autonómica y, que de hecho, son las que menos reciclan en la comarca de la Safor, son las tres más grandes, Gandia (6,1 kilos), Oliva (7,3) y Tavernes de la Valldigna (7). Estas, sin embargo, sí que la superan en lo que respecta al uso del contenedor azul.
La gestión de residuos en la comarca de la Safor se lleva a cabo a través de dos consorcios diferentes. Por una parte se encuentra el que aglutina también a las comarcas de la Vall d'Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora. De este forman parte todos los municipios menos Tavernes, Benifairó, Simat y Barx.
Estas cuatro localidades están integradas, por su parte, en el Consorci Ribera-Valldigna, del que forman parte los municipios de la Ribera Alta y Baixa.
Según los datos recopilados por esta entidad, Benifairó de la Valldigna es el municipio que más envases recicla con una media de 32,5 kilos por habitante. Le sigue Simat de la Valldigna, que ya está muy lejos, con 19,6 kilos.
El alcalde de Benifairó, Josep Antoni Alberola, explica que el secreto está en que «en todos los puntos donde hay contenedores de orgánicos hay también recipientes amarillos y azules para el reciclaje». De ese modo se logra que los vecinos al mismo tiempo que sacan la basura pueden depositar el resto de residuos. Y es que, es cierto que, en muchas ocasiones, no se separa en las casas por comodidad y aquellos que no tienen contenedores prefieren echarlo todo a la basura. Alberola también explica que «hay contenedores cerca en toda la población» y que eso hace que los vecinos «como mucho, solo tienen que desplazarse unos cien metros». Cada año aún son miles de kilos de residuos que se recogen en contenedores que no se corresponden. En la comarca de la Safor, el porcentaje medio de material erróneo en los recipientes amarillos es del 23,6%.
Reciclar, además de cuidar el medio ambiente, permite reducir la tarifa de la basura. Cuanto más se separe, menos pagan los vecinos. El precio se calcula sumando las toneladas de residuos orgánicos. Así, cuanto más se llenen los contenedores amarillos y azules menos pesarán los de basura.
