Las zonas de la avenida de la Pau, del Clot de la Mota, la carretera Natzaret-Oliva y de las plazas del Castell y del Baladre. Las principales arterias que soportan el tráfico rodado. Y, en general, todos los espacios que rodean los hoteles que cuentan con terrazas donde se desarrollan actividades lúdicas, generalmente música, superan los niveles máximos de ruido en áreas residenciales de la playa de Gandia.

Esa es la principal conclusión del estudio acústico del Grau y la playa realizado por la empresa Acustel para el Ayuntamiento de Gandia que, junto al que se realizó para el casco urbano de la ciudad, completa el mapa al que obliga la ley por ser un municipio de más de 20.000 habitantes.

En realidad, no se trata de ninguna gran sorpresa. Se sabe, porque así se viene repitiendo, que el tráfico, la actividad turística y el ocio en la playa causan molestias a los vecinos que residen en las áreas más concurridas. Lo que ahora se ha hecho ha sido cuantificar ese exceso de ruido.

Según Juan Luis Aguilera, de la empresa Acustel, en las principales vías de tráfico, junto a los hoteles y en las zonas de ocio, el nivel sonoro se sitúa, de media, en 64 decibelios durante el día, y apenas baja a 62 durante la noche. El máximo tolerado por la ley valenciana de protección acústica en zonas de viviendas es de 55 decibelios durante el día y 45 durante la noche.

El exceso, por lo tanto, se cuantifica en 9 y 17 decibelios, respectivamente, pero el dato preocupante es el nocturno, por los efectos que tiene para impedir el descanso de las personas, que deriva en problemas incluso de salud.

El Ayuntamiento de Gandia no ha querido maquillar los datos. Para ello encargó que el estudio se realizara durante los pasados meses de julio y agosto. Es decir, en el máximo de afluencia de turistas y visitantes, y consiguientemente, en el punto álgido de las actividades que generan ruido en una playa donde, según los datos facilitados ayer, residen unas 110.000 personas de media durante el periodo estival.

Acustel situó sus medidores cerca de cada punto fuerte de ruido, como ya hizo en el casco urbano de Gandia, donde también se señalizaron los lugares cuyos residentes sufren el problema, en este caso debido, sobre todo, al intenso tráfico.

Aunque Juan Luis Aguilera indicó que los resultados del estudio acústico en la playa revelan que el problema del ruido está «concentrado» en determinados lugares y que la mayor parte de la zona urbana está en niveles aceptables, según la ley, queda claro que esos excesos, que afectan a muchas personas, obligan al ayuntamiento a tomar medidas.

Así lo reconoció el coordinador de Urbanismo, Vicent Mascarell, quien aseguró que el estudio arroja «datos preocupantes» que no se pueden dejar pasar de largo. En ese sentido, Mascarell anunció una comisión permanente en el ayuntamiento para estudiar la adopción de medidas tendentes a bajar el nivel sonoro.

Una de esas medidas incluso ya ha sido adelantada. Como Levante-EMV publicó el pasado sábado, los técnicos del departamento de Urbanismo están trabajando en una modificación del Plan General de Ordenación Urbana para permitir obras y actuaciones en las parcelas de los hoteles, que hoy están prohibidas, para que el sonido que se genera en su interior o en las terrazas no llegue a la calle.