El Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana recomendó al Ayuntamiento de Bellreguard en noviembre de 2016 que rotulara en castellano las señales de tráfico situadas en esta localidad que contienen la leyenda únicamente en valenciano.

Así consta en el informe que el Síndic remitió a este ayuntamiento a raíz de la queja planteada por un ciudadano cuyo su coche fue retirado de la vía pública por estacionar en una calle donde no podía dejar el vehículo y cuya señal estaba escrita en valenciano. El afectado se quejó por no incluir el castellano en esa indicación de tráfico y pidió la devolución de la tasa abonada.

A consecuencia de la queja, el Síndic coincide con la Delegación del Gobierno de España en la Comunitat Valenciana en que la ley exige que las señales de tráfico estén escritas «al menos en castellano», interpretación de la que discrepa el Gobierno de Bellreguard.

De hecho, en su respuesta a la queja, el consistorio indicó que Bellreguard dispone desde 1992 de un reglamento que da preferencia al valenciano, que las señales en ese idioma están desde hace muchos años y que, por la simbología, «se sobreentiende que estaba prohibido aparcar en ese lugar, sin que sea necesario un conocimiento extra».

El escrito no convence al Síndic, que mantiene su criterio y recomienda al ayuntamiento que le devuelva al ciudadano la tasa de retirada del vehículo «puesto que la señalización que establecía la prohibición de aparcar contenía las indicaciones tan sólo en el idioma valenciano, en contra de lo dispuesto en la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial».

En segundo lugar, insta al municipio a que proceda «en el menor tiempo posible, a sustituir en todas las señales de tráfico las indicaciones de las mismas para adaptarlas a la legislación citada, debiendo figurar éstas, al menos, en el idioma español».

Bellreguard no cambió las señales, lo que generó la posterior reacción de la Delegación del Gobierno, que el pasado febrero dio 30 días para añadir la leyenda en castellano.

En este caso, la respuesta del alcalde, Alexandre Ruiz, de Compromís, ha sido recordar los mismos argumentos. La ordenanza municipal que da preferencia al valenciano y que los ciudadanos conocen, por la simbología, el significado de las señales.

Un conflicto empantanado

El PP ha recordado este requerimiento del Síndic de Greuges para criticar que el Gobierno local «haga caso omiso» a este organismo de la Generalitat, y añade que este conflicto lingüístico «ha sido creado con clara intención electoralista». Por todo ello, el PP pide a los responsables municipales «una gestión más seria, no crear problemas donde no los hay y a ser totalmente respetuoso con la legislación actual». Es decir, que se rotulen en valenciano y castellano las señales de esta localidad.

El contencioso, sin embargo, está empantanado. El Gobierno local, formado por Compromís y PSPV-PSOE ya ha dicho que de momento no cambiará las señales. El viernes pasado, unas 500 personas se concentraron a las puertas del ayuntamiento para defender esa postura. En numerosos municipios de la Safor las señales de tráfico con leyenda en valenciano son lo más habitual.