Compromís per Villalonga está dispuesto a obviar la mala relación que mantiene con el PSPV de esta localidad desde la pasada legislatura y les ha tendido la mano para formar un gobierno estable en la localidad con la única condición de que el actual alcalde, Enric Llorca, deje el cargo.

Los nacionalistas pretenden, con esta propuesta, poner fin a lo que consideran una «situación insostenible», tras las cinco sentencias en contra que han recaído sobre el ayuntamiento en los dos últimos meses por actuaciones o decisiones tomadas por Llorca que afectan a trabajadores del consistorio.

Aunque en Villalonga existe mucha tensión entre Compromís y PSPV, los nacionalistas quieren aprovechar la buena sintonía que hay entre las dos formaciones en a nivel de la Safor. Por ello, está ejerciendo de mediadora la secretaria comarcal, Jacinta Rubio, que ayer compareció junto a los concejales nacionalistas en el municipio, Vicent Ferrer, y José Ramón Estevan.

Rubio señaló que la oferta que lanza a los socialistas no tiene condiciones más allá de que se propicie la salida de Enric Llorca de la alcaldía. Compromís propone que sean los socialistas quienes decidan de entre sus concejales quien sería su sustituto. El plan de la formación nacionalista pasa por crear «una nueva alternativa de izquierdas».

El PSPV cuenta con cuatro ediles (contando a Llorca), mientras que Compromís tiene dos. En caso de que, como reclaman los nacionalistas, el alcalde renunciara no solo al cargo, sino también al acta de concejal, bastaría con un acuerdo entre los dos partidos para investir a un nuevo alcalde, ya que sumarían los seis concejales que suponen la mayoría absoluta del pleno.

Sin embargo, también se podría dar el caso de que Llorca dejara su puesto de alcalde pero no renunciara al acta. Entonces, para que dieran los números sería necesario contar con el apoyo de Alicia Gomis y Lidia Reig, las concejalas tránsfugas (actualmente no adscritas) que se presentaron en las listas socialistas en las elecciones del 2015 pero que abandonaron el grupo municipal en el primer pleno tras la investidura de Enric Llorca por serias discrepancias con el alcalde.

El PSPV, en ese caso, tendría que aceptar que dos ediles que abandonaron el partido pasaran ahora a gobernar con ellos.

En todo caso, la respuesta la tienen los socialistas. Jacinta Rubio explicaba a este periódico que ya había contactado con Salvador Femenia, secretario comarcal del PSPV, quien, según indicó «se ha comprometido a estudiarlo». Este periódico trató de hablar con él sin resultados.

El concejal Vicent Ferrer, por su parte, recordaba que «hace un año que ya pedimos al PSPV que tomara cartas en el asunto» e insistió en que el objetivo de su propuesta es «desencallar la situación en la que se encuentra el municipio». Para Ferrer, «no puede ser que alguien que tiene cinco sentencias en contra se mantenga durante tanto tiempo en la alcaldía de un municipio.