Evidentemente en la calle nadie lo notó, pero ayer Gandia estaba, oficialmente, de duelo. Duelo por las consecuencias que tuvo la batalla de Almansa, ocurrida el 25 de abril de 1707 en esta ciudad manchega entre las tropas del rey Felipe V y del archiduque Carlos de Austria. Ganó Felipe, y, un mes después del aquel suceso, disolvió el Reino de València de forma más directa, anulando las leyes forales que se habían promulgado durante siglos.
Por eso el 25 d'Abril es una jornada de reivindicación valencianista, y desde hace más de una década algunos ayuntamientos lo expresaban con un gesto significativo, colocando las banderas oficiales a media asta en los edificios administrativos para mostrar el «duelo» por la pérdida del autogobierno 300 años atrás.
Aunque de forma intermitente, el Ayuntamiento de Gandia llevó a cabo durante algunos años esa bajada de banderas oficiales, pero con la llegada del Gobierno local del PP, el alcalde, Arturo Torró, retiró esa «tradición». Después de 2015, con el nuevo Ejecutivo del PSPV-PSOE y Més Gandia, se consideró que no había consenso para retomarla, pero este año los los representantes de todas las formaciones políticas, sin excepción, acordaron recuperarla.
Ayer cuatro concejales, uno por cada grupo político y cada uno de ellos con una bandera oficial, procedieron a descolgarla hasta la mitad de cada mástil. La insignia local de Gandia fue para la vicealcaldesa Lorena Milvaques (Més Gandia), la de España para José Manuel Prieto (PSPV-PSOE), la senyera para Ciro Palmer (Ciudadanos) y la de Europa para Vicent Gregori (PP). El gesto se quedó ahí. No hubo declaración institucional sobre el 25 d'Abril porque, como es sabido, las diferencias sobre el presente y, sobre todo, el futuro político de la Comunitat Valenciana, son más que notables entre cada uno de los partidos.
