Las cifras de la Fira del Motor de Gandia hablan por sí solas: más de 30 expositores, 42 marcas y cerca de 600 modelos, todo ello al aire libre en una superficie de 20.000 metros cuadrados que se puede recorrer cómodamente en apenas media hora, al menos para llevarse una idea general de las nuevas tendencias en el mundo del motor. Detrás de esos números hay un enorme trabajo previo; de la organización, empresas participantes y del ayuntamiento.

A falta del balance oficial, la afluencia de público era similar a la del año pasado y el ritmo de las ventas muy positivo. El paseo Germanies, desde la Pasarela peatonal hasta la plaza Crist Rei, así como las plazas Major y del Prado y sus calles adyacentes eran ayer un ir y venir de gente. La mayoría mira, toca y comenta, pero, como constatan los propios organizadores, es una feria en la que se compra bastante, por lo que los expositores de los concesionarios también estaban frecuentados por clientes que entregaban el papeleo para cerrar la operación.

Se ha visto un DJ poniendo música y algún vehículo clásico para llamar la atención, pero, aunque tengan un carácter publicitario, se echa en falta que las marcas traigan a Gandia más actividades lúdicas y de animación.